Más que una simple compra, conseguir entradas para el Mundial 2026 se ha convertido en un ejercicio de paciencia, suerte y capacidad de pago. La Copa Mundial de la FIFA 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá entre el 11 de junio y el 19 de julio, avanza en su tercera fase de venta con un mecanismo que combina sorteo, cupos restringidos y precios que escalan hasta cifras históricas.
Desde el 11 de diciembre está abierto el proceso de inscripción obligatoria a un sorteo de selección aleatoria, vigente hasta el 13 de enero de 2026. Recién el 9 de febrero los postulantes sabrán si fueron elegidos para acceder a la compra. La FIFA reconoce que la demanda es desbordante: solo en esta fase se han registrado alrededor de 20 millones de solicitudes.
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PRECIOS BAJO PRESIÓN
Las críticas por valores “astronómicos” llevaron a la FIFA a introducir un gesto político hacia los hinchas organizados: entradas desde 60 dólares, incluso para la final, en la categoría más baja y exclusivamente para aficionados oficiales afiliados a federaciones. Sin embargo, esa válvula de alivio convive con un mercado general mucho más exigente.
En la práctica, el público común deberá desembolsar más de 1.000 dólares para el partido inaugural (México–Sudáfrica) y hasta 4.000 dólares para la final en las ubicaciones más económicas. Los asientos premium del partido decisivo alcanzan los 8.680 dólares, un techo inédito para una Copa del Mundo.
TRES CAMINOS, UN MISMO CUELLO DE BOTELLA
Antes del sorteo actual hubo dos ventanas: una exclusiva para clientes VISA (cerrada el 19 de septiembre) y otra abierta al público general (27–31 de octubre). La fase vigente es, por ahora, la principal puerta de entrada. En paralelo, los Supporters —grupos oficiales de hinchas reconocidos por sus federaciones— participan en un sorteo propio y acceden a la nueva categoría “Supporter Entry”, con precios preferenciales para los 104 partidos, incluida la final.
Para quienes no resulten seleccionados, quedará una venta de última hora bajo el principio “el primero que llega, se lo lleva”, además de la plataforma oficial de reventa y cambios habilitada por la FIFA. Aún así, el organismo no ha transparentado hasta dónde podrían subir los valores en esas instancias finales.
En síntesis, el Mundial 2026 promete estadios llenos y audiencias récord, pero también consolida un modelo donde el acceso depende tanto del azar como del bolsillo. Para millones de hinchas, el sueño mundialista empieza mucho antes del pitazo inicial… y no todos llegarán a la tribuna.
Spain remain at the top of the pile for the final #FIFARankings of 2025! 🇪🇸🔝
— FIFA World Cup (@FIFAWorldCup) December 22, 2025
