Ricardo Gareca dejó atrás el silencio y se enfrentó a la prensa con una sinceridad inusual. A un día del crucial partido ante Bolivia en El Alto, el técnico de La Roja entregó una cruda radiografía del momento que vive la selección y de su propio presente como entrenador. Lo hizo con tono pausado, visiblemente afectado, y sin esconder que su ciclo podría estar llegando a su fin.
“Lo voy a tomar como un aprendizaje. Yo pierdo en todo esto. No estoy acostumbrado a vivirlo desde este lado de la tabla”, confesó, aludiendo a la complicada posición de Chile en las Eliminatorias, donde marcha último.
El escenario es crítico y prácticamente imposible de remontar. La Roja está obligada a sumar en la altura boliviana para mantener alguna opción, aunque sea mínima, de alcanzar el repechaje. Después del choque con Bolivia, los próximos rivales serán Brasil y Uruguay. Gareca lo sabe. “Tener la calidad de jugadores que tengo y estar en estas circunstancias, jamás lo hubiera esperado. Es un desprestigio para Chile y para mí también”, admitió.
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SIN EVASIVAS
Tras la caída frente a Argentina, Gareca enfrentó por partida doble a los medios. Primero en conferencia y luego en zona mixta. En ambos momentos, dejó entrever resignación y autocrítica. Incluso concedió que erró en la ubicación de Felipe Loyola como lateral, cuando su mejor versión se da en el mediocampo, como lo demostró en el segundo tiempo ante la Albiceleste. “Es fútbol, y más que eso no les puedo contestar”, afirmó.
Ahora, en este nuevo punto de prensa, el técnico evitó referirse directamente a una renuncia, pero no esquivó las preguntas duras. “Muchos pensarán que un cambio es lo ideal. Me preguntaron si era terco, y sí, terco soy. Es lo mío. Quiero dar vuelta la situación. Pero, bueno, es lo que me toca”, dijo.
Gareca no ocultó el peso emocional que le provoca esta etapa. “Es el momento más difícil, porque en otra etapa a uno lo agarra más joven. Vivir esta situación, para mí, es muy angustiante. Tengo que hacerle frente y dar la cara, con ustedes, con los muchachos”, reiteró.
El exseleccionador de Perú remarcó que llegó a Chile con grandes ilusiones. “Vine con tremendas expectativas. No vine para esto. A mí lógicamente es el que más me afecta”, sostuvo. Sin embargo, aclaró que pese a los malos resultados, no tiene conflictos con los jugadores ni con la dirigencia. “Nos han brindado todos los medios. Con los muchachos no he tenido ningún incidente”, aseguró.
UNA POSIBLE DESPEDIDA
Gareca también habló de su vida fuera del campo. Recordó que reside en Santiago, mientras su familia permanece en Buenos Aires. Dijo que no frecuenta los estadios, pero mantiene bajo observación constante a sus jugadores. “Si no estamos nosotros, Chile tendrá un completo informe”, prometió, en caso de una eventual salida.
Ya hacia el final de su intervención, Gareca abordó sin rodeos lo que podría ocurrir si Chile no logra un buen resultado en Bolivia. “Si toca lo que toca, somos unos agradecidos. Nos han tratado maravillosamente bien. Las críticas se justifican cuando los resultados no se dan, pero eso no invalida lo que hemos hecho”, concluyó.