El Mundial de Clubes ya comenzó a generar comentarios más allá de la cancha. Y esta vez fueron dos entrenadores europeos los que aportaron visiones muy distintas sobre un mismo punto: el rendimiento de los equipos sudamericanos.
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Desde el lado del Manchester City, Pep Guardiola protagonizó una conferencia de prensa en la que no escatimó en elogios hacia los conjuntos de este lado del planeta. “Amo cuando en este torneo juegas contra equipos sudamericanos. Cómo te desafían, cómo compiten. Admiro cómo defienden”, dijo con entusiasmo.
El técnico español incluso mencionó ejemplos concretos. “Miro a Boca Juniors cómo va a cada pelota y es como wow… el fin del mundo. Son estilos diferentes. Me gusta que cada partido es duro. Salvo uno o dos, todos son parejos. La gente dice ‘qué sorpresa, perdió un equipo europeo’… Bienvenidos al mundo real amigos”, lanzó.
Guardiola también se refirió a la pasión con la que se vive este tipo de competencias en Sudamérica. “Me encanta cuando estás en este torneo y juegas contra ellos. Esa cultura, la forma en que sus aficionados viven cada acción es de lo que se trata todo esto. Tenemos que vivir esta competición”.
Pero no todos los técnicos europeos ven lo mismo. En la previa del duelo entre Borussia Dortmund y Mamelodi Sundowns, el DT del conjunto alemán, Niko Kovac, entregó una mirada más pragmática. “No son excusas, es solo una explicación”, aclaró, para luego apuntar al factor climático como condicionante.
“Los clubes sudamericanos tienen una gran ventaja debido a las condiciones. Son 32 grados a la sombra, imaginen con sol directo. Esto es muy difícil, sobre todo para los europeos. Para los sudamericanos es más fácil porque están acostumbrados”, argumentó el croata.
Dos visiones, dos enfoques: mientras Guardiola celebra la esencia y competitividad de los equipos sudamericanos, Kovac pone sobre la mesa factores externos que podrían alterar el rendimiento en la cancha.
El debate está instalado. Y así como Guardiola celebra la pasión de los equipos sudamericanos, otros como Kovac explican sus triunfos con el termómetro en la mano. El Mundial de Clubes, como siempre, ofrece más que solo fútbol.