La Fórmula 1 vive una nueva ‘guerra’ tras el sorpresivo despido de uno de sus trabajadores. Se trata de Tim Mayer, uno de los comisarios más respetados de la categoría e hijo del cofundador de McLaren, Teddy Mayer.
La decisión fue tomada por Mohammed Ben Sulayem, presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), poco después de la polémica salida de Niels Wittich, el exdirector de carrera de la F1, quien dejó su puesto semanas antes de concluir la temporada 2023.
El despido de Mayer sorprendió a la comunidad del automovilismo, pues venía desempeñando un papel clave en la supervisión de las carreras de la F1. Su última intervención había sido en el Gran Premio de México, donde presidió a los comisarios.
Sin embargo, desde ese momento, no fue convocado para ejercer sus funciones en el Gran Premio de Estados Unidos en Austin, en donde los organizadores enfrentaron un incidente grave: los aficionados comenzaron a ingresar a la pista tras el término de la carrera, lo que violó las estrictas normas de seguridad de la FIA.
Lea también: Nuevo terremoto en el Tenis: Iga Swiatek sancionada por dopaje
EL ENOJO DE BEN SULAYEM
La FIA impuso una multa de 500.000 euros (poco más de 515 millones de pesos ) a los organizadores del evento debido a este incidente. Según el diario británico Daily Mail, los comentarios de los promotores estadounidenses sobre el episodio habrían molestado profundamente a Ben Sulayem, lo que habría influido en su decisión de destituir a Tim Mayer.
Este despido se enmarca dentro de una serie de cambios en la cúpula de la FIA que han sacudido el automovilismo en los últimos meses. En 2023, varias figuras clave abandonaron sus puestos, como Jacob Bangsgaard, exsecretario general de movilidad, y Steve Nielsen, quien dejó su cargo de director deportivo. Además, renunciaron Tim Goss, exdirector técnico de monoplazas, y Deborah Mayer, presidenta de la comisión de la mujer. La sucesión de estas salidas pone en duda la estabilidad interna de la FIA y refuerza las críticas hacia la gestión de Ben Sulayem, quien asumió la presidencia de la FIA en 2021.
EL CASO DE WITTICH
En cuanto a Wittich, la FIA aseguró que dejó su puesto “voluntariamente” para buscar nuevas oportunidades, pero el propio exdirector contradijo esta versión. Aseguró que fue despedido sin previo aviso.
La llegada de Rui Marques como nuevo director de carrera de la Fórmula 2 y Fórmula 3 no hizo más que sumar incertidumbre a la situación. Marques asumió el cargo en el Gran Premio de Las Vegas, lo que marca otro cambio importante dentro de la FIA.
LOS DESAFÍOS DE LA FIA
La salida de tantas figuras relevantes pone a Mohammed Ben Sulayem ante un reto complicado. Con seis bajas importantes en 2023, la FIA está perdiendo su cohesión interna justo cuando se espera un liderazgo fuerte para impulsar la F1 hacia nuevos horizontes. Tanto en términos de tecnología como de expansión global.
La creciente preocupación por la falta de estabilidad podría afectar la percepción externa de la FIA, ya que los equipos, pilotos y fanáticos se cuestionan el rumbo de la organización.
A medida que se acerca el final de la temporada, las presiones sobre Ben Sulayem aumentan. Tendrá que restaurar la confianza de todos los involucrados en la F1 mientras enfrenta las repercusiones de una gestión que muchos consideran desordenada.