Filtran video polémico divulgado por el periodista argentino Pablo Carrozza desató un nuevo escándalo: muestra a la policía mirando pasivamente cómo los barristas armados se retiraban del estadio Libertadores de América tras los incidentes en la Copa Sudamericana.
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Los violentos sucesos ocurridos en Avellaneda durante la revancha entre Independiente y Universidad de Chile por los octavos de final de la Copa Sudamericana siguen sumando capítulos. Ahora, un video de Independiente filtrado por el reconocido periodista argentino Pablo Carrozza expuso un ángulo alarmante: la presunta complicidad de las fuerzas de seguridad con la barra del “Rojo”.
En las imágenes, publicadas en la cuenta de Instagram del comunicador, se aprecia cómo un grupo de hinchas armados abandona el estadio Libertadores de América tras los desmanes, mientras efectivos policiales observan sin intervenir. “Se retiran con trofeos y facas ante la atenta mirada de la policía”, escribió Carrozza, añadiendo una frase contundente: “Ni uno preso”.
El registro fue acompañado por otra acusación grave: la existencia de “zona liberada”, lo que implica que la policía habría permitido la retirada de los violentos sin control. Este señalamiento revive la discusión sobre la relación entre barras bravas, autoridades y fuerzas de seguridad en Argentina, un tema que, según expertos, lleva años sin resolverse.
No es la primera denuncia sobre este hecho. El periodista Gustavo Grabia, especialista en violencia en el fútbol, afirmó días atrás en radio Con Vos que “hubo al menos 40 criminales de la barra de Independiente que fueron a masacrar y la policía no hizo nada. Increíble”.
Grabia también apuntó a los líderes de la barra oficial, Juan Ignacio Lenczicki y Mario Nadalich, a quienes vinculó con redes de poder: “Manejan la Villa 21-24, tienen innumerables contactos policiales y políticos, y controlan el narcotráfico en barrios”.
La difusión del video de Independiente refuerza las dudas sobre la actuación policial y plantea interrogantes urgentes: ¿se trató de omisión, incapacidad o complicidad? Una pregunta que, por ahora, sigue sin respuesta oficial.