Platense campeón argentino: esas tres palabras, impensadas hace pocos años, hoy hacen historia. El equipo del barrio de Vicente López venció 1-0 a Huracán en la final del Torneo Apertura 2025 disputada en Santiago del Estero y se consagró por primera vez campeón de la Primera División del fútbol argentino.
Fue una victoria cargada de simbolismo: tras décadas de frustraciones y un regreso reciente desde las categorías inferiores, el «Calamar» tocó el cielo con humildad, esfuerzo y un libreto alejado de los grandes presupuestos o las figuras rutilantes.
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DE LOS SÓTANOS AL TRONO
El club Platense, fundado en 1905, estuvo marcado durante gran parte de su existencia por la irregularidad y la nostalgia. En 1999 cayó a la segunda división y pasó más de dos décadas entre el ascenso y el anonimato. Recién en 2021 logró regresar a Primera, después de 22 años fuera del circuito mayor. Desde entonces, su principal objetivo había sido mantenerse a flote. Sin embargo, esta temporada rompió todos los pronósticos y se coronó campeón.
Lo hizo con una campaña construida desde la solidez y el sacrificio. Eliminó en fase eliminatoria a tres gigantes del fútbol argentino: Racing, River Plate y San Lorenzo, todos en calidad de visitante. La dupla técnica conformada por Favio Orsi y Sergio Gómez armó un equipo compacto, tácticamente disciplinado y emocionalmente fuerte. Sin figuras de renombre ni inversión ostentosa, Platense apostó al grupo y ganó.
LA FINAL: TENSIÓN, GARRA Y GLORIA
La final disputada este domingo en el Estadio Único Madre de Ciudades, Platense mostró su mejor versión competitiva. Enfrente estaba Huracán, dirigido por el ex Universidad de Chile Frank Kudelka y con Leonardo Gil, ex Colo Colo, como figura en el mediocampo. El duelo fue trabado, de mucho roce y pocas ocasiones claras.
La diferencia llegó en el minuto 63. Tras un tiro libre al área, la pelota fue bajada de cabeza y el volante Guido Mainero —ex Deportes Iquique— sacó un zurdazo certero que se clavó en la red. Huracán intentó reaccionar con más empuje que claridad, pero Platense defendió con firmeza su ventaja y selló el título con uñas y dientes.
UN CHILENO ENTRE LOS CAMPEONES
En el plantel del nuevo campeón argentino figura un jugador chileno: Maximiliano Rodríguez, delantero que llegó este año desde Huachipato. Su participación fue limitada debido a una pubalgia: jugó solo seis partidos, sumando 200 minutos y sin marcar goles. Aun así, fue parte del proceso y celebró el histórico logro con sus compañeros.
La hazaña del “Calamar” emociona a todo el fútbol sudamericano. Un equipo humilde, sin flashes ni estrellas, rompió la lógica del poder económico y deportivo. Platense demostró que la organización, el carácter y el trabajo colectivo todavía pueden abrirse paso en una liga plagada de desigualdades.