La selección chilena se despidió del 2025 con una señal potente: aun golpeada, respondió. Con un jugador menos,durante más de una hora, la “Roja” remontó y venció 2-1 a Perú en Sochi, Rusia, encadenando su tercera victoria consecutiva y dejando una imagen de orgullo competitivo que no se veía desde hace dos años.
El triunfo no solo cerró una racha inédita en este ciclo, sino que también abrió una interrogante mayor: ¿qué rumbo tomará la selección tras el inminente fin del interinato de Nicolás Córdova? La ANFP deberá definir pronto al próximo entrenador y, con ello, el proyecto que intentará reconstruir la identidad futbolística perdida tras quedar fuera del Mundial.
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UN INICIO COMPLEJO Y UN GOLPE QUE PARECÍA DECISIVO
Chile comenzó dominando el balón, aunque con poca profundidad. El único aviso serio fue un mano a mano de Lucas Cepeda. Y cuando nada lo hacía prever, un error grosero en la salida cambió el escenario: Iván Román perdió la pelota, bajó a Álex Valera y el árbitro sancionó penal y expulsión. Valera convirtió a los 33’ y dejó a la “Roja” en desventaja numérica y anímica.
Pero, por primera vez en mucho tiempo, el equipo no se vino abajo. Antes del descanso, Gallese evitó el empate ante Cepeda y Aravena falló una opción clara.
LA REACCIÓN QUE MARCÓ EL CIERRE DEL AÑO
En el segundo tiempo, Chile mostró dos virtudes que parecían extraviadas: presión eficaz y convicción. A los 53’, un córner de Darío Osorio terminó en el travesaño y en los pies de Felipe Loyola, que empujó el 1-1. Y solo seis minutos después, Osorio recuperó, aceleró y definió con clase para el 2-1 definitivo.
Perú adelantó líneas y tuvo aproximaciones, pero sin claridad. Chile, en cambio, pudo liquidar con un mano a mano de Ben Brereton en los descuentos.
UN CIERRE SIMBÓLICO PARA UN AÑO DIFÍCIL
Más allá del resultado, la victoria deja sensaciones que trascienden el amistoso: un equipo joven que mostró carácter en inferioridad, un Osorio en estado de gracia y una generación que busca reinventarse.
El 2026 exigirá decisiones profundas. Pero Sochi dejó algo que parecía perdido: señales de que este equipo aún tiene espíritu para volver a competir arriba.






