Alexis Sánchez regresó a Udinese en 2024 con la esperanza de cerrar su carrera en el club que lo vio brillar. Sin embargo, su segunda etapa estuvo marcada por lesiones, escasa participación y un rendimiento lejos del esperado.
En agosto de 2024, Alexis Sánchez, a sus 35 años, decidió retornar a Udinese, el club italiano donde entre 2008 y 2011 se consolidó como una de las promesas del fútbol europeo. En su primera etapa, disputó 112 partidos, anotó 21 goles y entregó 20 asistencias, cifras que lo llevaron al FC Barcelona en 2011 por una suma cercana a los 28 millones de dólares.
Lee también: Alarma en La Roja: Paulo Díaz se aleja de las Eliminatorias por lesión
El reloj marcaba el minuto 52 cuando Alexis Sánchez salió del campo de juego del Estadio Friuli por última vez en la temporada. Lo hizo sin haber marcado diferencias en la derrota 3-2 ante Fiorentina, pero entre aplausos y un lienzo que resumía con dolor su segundo paso por el club:
“Este año no has podido demostrar quién eres, pero el pasado no se puede borrar.”
El mensaje de los hinchas de Udinese no solo evidenciaba el cariño por el “Niño Maravilla”, sino también el desencanto por un regreso que nunca alcanzó a despegar. La realidad fue distinta. Una lesión muscular en agosto lo mantuvo fuera de las canchas por cuatro meses. Su reaparición en diciembre fue intermitente, y a lo largo de la temporada 2024-2025, participó en solo 14 partidos sin registrar goles ni asistencias.
El técnico Kosta Runjaic, enfrentado a la falta de ritmo del chileno, optó por otras opciones en la delantera, relegando a Sánchez al banco de suplentes. Además, las tensiones aumentaron cuando una molestia física le impidió representar a la selección chilena en marzo, generando críticas desde el cuerpo técnico del club.
Así termina un ciclo que buscó ser nostálgico y terminó siendo frustrante. Alexis Sánchez volvió a Udinese con el deseo de revivir glorias pasadas, pero el tiempo, las lesiones y la falta de confianza del cuerpo técnico lo transformaron en un actor secundario. Aun así, se va querido, como lo dejó claro el último aplauso. Lo que no logró en la cancha, lo mantuvo en la memoria de los hinchas.