No se guardaron nada. Recientemente, la Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA, por sus siglas en inglés) de Fórmula 1 lanzó un duro comunicado contra la FIA y su presidente, Mohammed Ben Sulayem. Todo esto, a raíz de sanciones a los pilotos por decir «groserías» en rueda de prensa.
«Joder». Esa fue la frase que hizo enfurecer a la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y llevó a una sanción con una multa económica de 5 mil euros (poco más de 5 millones de pesos). El autor de la ‘palabrota’ fue Charles Leclerc. El monegasco dijo la palabra en una rueda de prensa oficial de la Federación, aunque teniendo en cuenta el tono del piloto y las risas, sin lugar a dudas fue sin querer. De hecho, pidió rápidamente perdón a los trabajadores.
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— c (@cmedia1617) October 27, 2024
«En lo que respecta a las malas palabras, hay una diferencia entre las que se usan para insultar a los demás y las más informales, como las que se usan para describir el mal tiempo o un objeto inanimado como un coche de Fórmula 1 o una situación de conducción», menciona el escrito publicado en las redes sociales de la Asociación.
El dardo a Ben Sulayem
Aunque, no solo se refirieron a la situación que vivió Charles, también señalaron al presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, y mencionaron que él tampoco tiene cuidado con su lenguaje cuado realizado entrevistas. «Instamos al presidente de la FIA a que también considere su propio tono y lenguaje cuando hable con nuestros pilotos miembros, o incluso sobre ellos, ya sea en un foro público o de otro modo.», indicaron.
Agrega. «Además, nuestros miembros son adultos y no necesitan recibir instrucciones a través de los medios de comunicación sobre cuestiones tan triviales como el uso de joyas y ropa interior
«La GPDA ha expresado en innumerables ocasiones su opinión de que las multas monetarias a los pilotos no son adecuadas para nuestro deporte. Durante los últimos tres años, hemos pedido al presidente de la FIA que comparta los detalles y la estrategia sobre cómo se asignan las multas económicas de la FIA y dónde se gastan los fondos», concluye.
Este último punto fue uno de los más polémicos. Pues, no hay un criterio fijo en mucho de los casos respecto a las multas económicas. Y, tampoco, se sabe el uso que le dan al dinero recibido de las sanciones.
A pesar de toda esta discusión, existe unanimidad en algo. Todos los pilotos concuerda que deben cuidar su lenguaje, en la medida de lo posible, pero fuera del monoplaza. Comentan que dentro de él es casi imposible debido a la tensión y adrenalina. Bajo lo mismo, acusaron que la FIA cruzó la línea en la severidad de las sanciones.