Una jornada que debía enfocarse en la cobertura deportiva de la Copa Libertadores terminó con un grave incidente de violencia contra la prensa. El Círculo de Periodistas Deportivos de Chile envió este viernes una carta formal a Botafogo, tras la brutal agresión sufrida a Alejandro Viovy, periodista de Minuto 90, y Javier Kenett, fotógrafo de Ilustrado.cl.
Ambos comunicadores fueron atacados por un grupo de hinchas brasileños cuando intentaban ingresar al Estadio Olímpico Nilton Santos, en Río de Janeiro, para cubrir el partido entre el cuadro local y Universidad de Chile.
Según relató Viovy a Está Pasando, los hechos ocurrieron en las cercanías del acceso de prensa. “Fueron hinchas de Botafogo quienes nos agredieron por la espalda cuando íbamos camino al ingreso de prensa”, denunció.
“Gritaron que éramos chilenos, y mientras nos golpeaban, la gente alrededor aplaudió la violencia. Sentimos que fue una agresión xenófoba. Según testigos, hubo gente que grabó festejando la golpiza”, añadió el periodista.
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SIN APOYO INSTITUCIONAL
Además de esto, otro de los hechos escandalosos fue la reacción de la seguridad del recinto. Según detalla la carta enviada por el gremio de periodistas chilenos, ningún miembro del personal del estadio intervino para proteger a los afectados. Tampoco se les permitió revisar las cámaras de vigilancia del sector, herramienta clave para identificar a los agresores.
La denuncia asegura que ambos trabajadores fueron ignorados al pedir asistencia inmediata y solo después del ataque lograron acceder a las instalaciones.
UNA POSTURA «VERGONZOSA»
El fotógrafo Javier Kenett acusó en Está Pasando que la postura de la Conmebol y Botafogo «fue vergonzosa».
Kenett explicó que desde Azul Azul los derivaron al encargado de medios de Conmebol, Jorge Tripoli. El sujeto les manifestó que la responsabilidad del incidente recaía por completo en el club organizador. “En persona nos dijo que ellos no tenían nada que ver, a pesar de que se generó dentro del cordón de seguridad establecido por ellos”, lamentó.
El fotógrafo también acusa que Tripoli los hizo esperar para formalizar la denuncia y que terminó abandonando el lugar por un ascensor trasero, dejándolos a la espera.
«Hasta el momento, ninguna autoridad de Azul Azul nos respondió a pesar de nuestros desesperados llamados de auxilio con los contactos que teníamos para respaldarnos, nadie de Conmebol se comunicó ni mucho menos de parte del principal responsable y organizador del evento: Botafogo», manifesta Kennet.
A eso se suma otro episodio de hostilidad. El comunicador de Ilustrado.cl detalla que aún pasando el anillo de seguridad fueron “fuertemente cuestionados por haber permanecido tanto rato en la comisaría de Botafogo declarando el suceso, y posteriormente en la enfermería de auxilios básicos”.
SIN PROVOCACIONES
Una de las interrogantes que dejó el ataque es la falta de provocación por parte de los periodistas. Ambos aseguran que llegaron al estadio vestidos de civil, tal como «amerita una cobertura de prensa, sin generar ningún tipo de provocación o similar”, aseveran.
Finalmente, tanto Alejandro Viovy como Javier Kenett, aseguran que están analizando una acción judicial junto con un abogado brasileño, quien ya se encuentra trabajando en la recopilación de información.