Peñarol encendió la polémica en la Copa Libertadores al acusar a Racing de aplicar una estrategia premeditada para lesionar a su figura, Leonardo Fernández. El uruguayo, exUniversidad de Chile, abandonó el campo a los 22 minutos tras una seguidilla de duras faltas.
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El duelo de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores entre Peñarol y Racing tuvo más golpes que fútbol. El encuentro, disputado en Montevideo, terminó 1-0 para los uruguayos y dejó a Brayan Cortés y Gabriel Arias —arqueros chilenos— como protagonistas en las porterías.
Sin embargo, la atención se centró en Leonardo Fernández. El volante ofensivo del “Manya” recibió patadas desde el arranque, hasta que una sucesión de faltas lo obligó a dejar el partido apenas en el primer tiempo.
Eduardo Zaidensztat, vicepresidente de Peñarol, fue tajante al señalar a Racing y a su entrenador como responsables de un plan calculado. “Lo que pasó con Leo fue algo premeditado, se fueron turnando para golpearlo. El árbitro se guardó varias tarjetas; sin duda fue una estrategia de Costas”, afirmó en diálogo con Carve Deportiva.
El dirigente también apuntó a la actuación arbitral, criticando la permisividad del juez brasileño. Según su visión, la falta de sanciones claras fomentó la dureza del juego y dejó al mediocampista uruguayo sin posibilidades de continuar.
De cara a la revancha en Buenos Aires, programada para el martes 19 de agosto, Zaidensztat manifestó su inquietud: “El arbitraje es una preocupación que tenemos. Queremos un juez con personalidad, que no permita una caza como la que hubo contra Leo Fernández”.
Con la serie abierta y un clima cargado de tensión, el choque de vuelta promete más que solo fútbol: será una prueba de carácter para ambos equipos y, especialmente, para el arbitraje.