Histórico, pues obtiene su primera «orej0na». Pero además, es un resultado que por diferencia de goles es inédito en una final de esta competencia.
Habría que agregar que igualmente fue un resultado «justo» si es que de justicia se puede hablar en el fútbol. Y pudo ser por mayor diferencia. En realidad, fue una clase de fútbol.
Así, el PSG levanta la primera Champions League tras una final inolvidable en Munich ante Inter. El 5-0 en el marcador le hace honor a una supremacía total del equipo dirigido por el español Luis Enrique. Fue una fiesta unilateral desde los primeros instantes del partido. Lo tuvieron todo: goles, individualidades, perfecto juego colectivo y posesión.
la mano de Luis Enrique se notó en todo momento. Todos atacan y todos defienden; todos triangulan y ocupan espacios. Todos marcan y todos se mueven para ser alternativa de pase.
A pesar de contundencia en el arco, no contaba con un 9 definido. Aún así, Hakimi, Doué (2), Kvaratskhelia y Barcola, dijeron presente en las mallas.
Nunca antes el máximo trofeo de clubes de Europa tuvo semejante diferencia en un partido decisivo.
En la primera fracción, el PSG se fue a los vestuarios 2-0 arriba en el marcador por los tantos de Hakimi y Doué. Inter abrazaba la idea de que era un marcador remontable, ya lo había hecho con el Barcelona en la semifinal, pero aquí, no le salió nada. O, mejor dicho, el PSG no le dejó hacer nada.
En la segunda parte, salieron con todo, con más ganas que buen fútbol y, eso, les pasó la cuenta. Los espacios libres permitieron que los franceses se dieran un festín. París es fiesta y champagne, delirio y, un poco de desborde.
Quizás, sería honesto reconocer lo que dijera antes de esto Luis Enrique, que sin Kylian Mbappé PSG sería un mejor equipo. Dejó de jugar para uno y el equipo como un todo se soltó.
Ser el mejor de Europa, hoy no se lo discute nadie al PSG de Luis Enrique.
