Raphinha levantó la voz. Aunque no juega en el Mundial de Clubes 2025, el delantero brasileño del Barcelona criticó duramente el torneo. Dijo que obliga a los jugadores a renunciar a sus vacaciones y pone en riesgo su descanso físico y mental.
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Mientras avanza el renovado Mundial de Clubes 2025 en Estados Unidos, Raphinha alzó la voz desde Europa. El delantero del Barcelona expresó su molestia con la FIFA. Cuestionó el calendario del torneo y aseguró que atenta contra un derecho básico de los futbolistas: el descanso.
“Mucha gente acusa a los europeos de poner demasiadas excusas, pero renunciar a las vacaciones es muy complicado”, dijo durante un evento publicitario en São Paulo. A pesar de no estar presente en el torneo, ya que el Barcelona no logró clasificar, el brasileño defendió con vehemencia el derecho al reposo estival.
El futbolista fue más allá, señalando que “uno tiene que ir y punto, porque acatamos órdenes”, dejando en evidencia la escasa capacidad de decisión que tienen los jugadores frente a las exigencias institucionales. “Como jugador de un club europeo, renunciar a mis vacaciones para jugar un nuevo torneo es muy complicado”, añadió.
Raphinha citó el ejemplo de sus compatriotas Marquinhos y Lucas Beraldo. Ambos jugaron la final de la Champions League con el PSG. Luego se unieron rápidamente a la selección brasileña y ahora disputan el Mundial de Clubes en Estados Unidos sin descanso.
“Renunciar a nuestras vacaciones por obligación es muy complicado porque es nuestro derecho; todo el mundo merece al menos un mes de vacaciones, tres semanas aunque sea. Y muchos de los que están jugando el Mundial no van a tener ni eso”, insistió.
Pese a sus críticas, Raphinha destacó el desempeño de los clubes brasileños en la competencia: “Flamengo, Palmeiras, Botafogo y Fluminense tienen mucho potencial y calidad. Es mérito suyo que estén avanzando y de nadie más”.
El brasileño instaló un debate necesario: ¿vale la pena forzar aún más el calendario en nombre del espectáculo? En medio de un julio sin vacaciones, los jugadores parecen tener cada vez menos voz sobre su propio descanso.
