El Benito Villamarín vivió una fiesta esperada desde hace años. El Betis derrotó al Sevilla por 2-1 en el derbi sevillano, una victoria que no solo rompió una racha de casi siete años sin ganar en liga al eterno rival, sino que reafirmó su posición de calidad superior en la capital andaluza.
El Sevilla toma la delantera, pero el Betis responde con fuerza
Los blanquirrojos comenzaron adelantándose rápidamente en el marcador con un gol de Rubén Vargas a los 18 minutos. Sin embargo, el Betis no tardó en reaccionar. A los 25 minutos, Johnny Cardoso empató el encuentro con un remate de volea que llegó tras una pérdida de balón de Lukébakio. A partir de allí, el conjunto verdiblanco comenzó a dominar el partido, y la sensación era que el 2-1 solo era cuestión de tiempo.
El equipo bético no solo emparejó el marcador, sino que tomó el control del juego. Juan Hernández, en el tiempo añadido de la primera parte (45+3’), dio la vuelta el marcador con un gol espectacular que desató la euforia en las gradas del Villamarín. Con el 2-1, los de Pellegrini se fueron al descanso con la moral por las nubes.
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Dominio total bético
En la segunda mitad, el Sevilla intentó responder, pero no logró encontrar la fórmula para igualar el encuentro. Los rápidos ataques del Sevilla fueron bien defendidos por el Betis, que bloqueó varios disparos peligrosos, especialmente uno de Isaac. La falta de respuesta de los visitantes permitió que el Betis se asentara aún más en el campo, y los sevillistas no pudieron generar peligro en el área rival.
Pellegrini logró lo que parecía un sueño para los aficionados: una victoria histórica en el derbi sevillano. Con esta victoria, el Betis no solo dejó claro su dominio en el encuentro, sino que también brindó una satisfacción inmensa a su hinchada, que celebró la supremacía de su equipo sobre el eterno rival. Fiesta total en el Benito Villamarín.