Deportes

Iona Rothfeld :»Lo único que pedimos es que se trabaje de la misma forma que nuestro par masculino»

Camila Sanhueza

Periodista

Iona Rothfeld, de jugadora a ser el rostro visible de la lucha por la igualdad en el deporte.

La Asociación de Jugadoras de Fútbol Profesional en Chile (ANJUFF) ha logrado avances significativos en la lucha por la equidad de género en el deporte. A través de su trabajo incansable, ha conseguido mejorar las condiciones laborales de las futbolistas, promover la igualdad de oportunidades en el acceso al fútbol, y aumentar la visibilidad y el reconocimiento de las mujeres en este deporte. Además, ha contribuido al fortalecimiento de la estructura y la profesionalización del fútbol femenino en Chile, generando un impacto positivo en la sociedad e inspirando a nuevas generaciones de jugadoras.

 

Iona Rothfeld, exjugadora y seleccionada nacional, actual presidenta de la ANJUFF comentó a Está Pasando los desafíos y evolución que ha tenido desde su creación y cuánto más queda por hacer para que la igualdad de profesión sea una realidad. La tarea no ha sido fácil ya que aún algunos clubes han preferido excluir la rama femenina por condiciones económicas, como es el caso de Puerto Montt que dejó a sus jugadoras a la deriva. Es una lucha que desde sus inicios, jugadoras de renombre han estado apoyando y haciendo los llamados de atención correspondientes para que Chile sea ejemplo y no un desastre. Voluntad es lo que falta.

 

La ANJUFF ha crecido mucho. ¿Cuánto se ha avanzado desde entonces? Si nos remontamos tiempo atrás, tú generación no tenía condiciones mínimas, no habían lugares de concentración, camisetas o simplemente lugares donde entrenar bajo esa lógica y con la Copa América Femenina existió el boom y los dirigentes empezaron a poner más atención a esto ¿Se podrían establecer contraste entre lo que ha evolucionado la Selección Femenina y los clubes?

 

Iona: Desde la creación de la ANJUFF hace siete años, se ha avanzado un montón. Estamos en una realidad que ni siquiera nosotras, que creamos la ANJUFF,  creímos que iba a ser posible en tan poco tiempo. En ese sentido, creo que hemos tenido mucha fortuna además de mucho trabajo, de involucrar a muchas personas y de generar una estrategia que diera frutos.

 

Es poder poner realmente sobre la mesa el tema del fútbol femenino, porque hace 7 u 8 años nadie hablaba de nosotras, nadie sabía de nosotras, menos pensaban en nosotras. Ni siquiera los hinchas sabíamos qué existíamos. Creo que le dimos una vuelta fuerte a esa narrativa. Y eso obviamente nos da esperanza de futuro, sobre todo en lo que podemos lograr.

 

La creación de la ANJUFF, es porque nos habíamos salido del ranking FIFA porque no teníamos competencia, porque la Selección se caía a pedazos y lo vivimos así, desde adentro. Y creo que claro, hoy hay un trabajo, una ley de profesionalización, que tenemos protocolos contra acoso y abusos, que tenemos jugadoras contratadas.

 

A mí me emociona hasta la médula ver compañeras mías, incluso de mi generación, firmando sus primeros contratos. Que sigan en la selección y estén en condiciones que se merecen, que siempre nos hemos merecido como jugadoras, que ahora sean reconocidas, que tenemos los estadios y se abran algunos estadios. En primer término, obviamente nos da una perspectiva pero no alcanza. Si bien nos imaginábamos que íbamos a avanzar tan rápido en muchos aspectos, hay muchos que estamos al debe.

 

Hay una diferencia muy grande en lo que pelean nuestros colegas hombres y lo que estamos peleando nosotras, seguimos viendo con tristeza el desdén que algunos clubes y algunos dirigentes tienen hacia nosotras, como si fuéramos un acto de caridad, como si no fuéramos trabajadoras o profesionales.

 

Es bastante doloroso estar en el 2024 hablando de que las mujeres merecemos lo mismo que los hombres, por el mismo trabajo, entonces hay muchos puntos todavía por trabajar con desafíos.

Pero claro, todavía tenemos que estar hasta diciembre todos los años, peleando para que las bases estén con anticipación como corresponde, preocupadas porque las pretemporadas no empiezan, las jugadoras no saben cuál va a ser su año laboral. ¿Qué certeza les estamos entregando a las trabajadoras si no saben hasta mediados de febrero cómo va a ser el formato del torneo? Los clubes se excusan en eso para no contratar y no hacer un trabajo con tiempo, con anticipación como corresponde.

 

Sabemos también que existe un puñado de clubes que sí trabaja como corresponde, a pesar de que las bases no estén, las certezas no estén, están trabajando con sus jugadoras en una pretemporada seria y profesional. Pero son los menos y esos resultados también se han visto en estudios que nosotras hemos sacado desde la asociación en datos duros. Si bien los sabemos y no nos sorprenden, sigue siendo tremendamente doloroso, que sean seis equipos que programen sus partidos en la primera cancha.

 

Bajo esa perspectiva, la dignidad de la profesión ha sido escasa. Son pocos los clubes que han realizado contratos. ¿Cómo ha sido la fiscalización? ¿Qué pasa con los equipos que han eliminado sus ramas femeninas por presupuestos?

 

Iona: Son piedras de tope que seguimos enfrentando. Las dirigencias no tienen problemas en sentarse con nosotras y decir ‘no vamos a seguir con el fútbol femenino, no vamos a cumplir con la ley hasta que me vengan a fiscalizar. No, no me interesa pasarles la cancha’, a eso nos tenemos que enfrentar.

 

Hemos insistido para una mayor regularización y no solamente desde la Dirección del Trabajo. El compromiso que ha tenido la Dirección del Trabajo, es que hizo un plan nacional de fiscalización para ver que estuviera en regla el primer año, que correspondía al 50%, que era lo que correspondía según la ley el primer año de funcionamiento.

 

Eso destapó el porcentaje de incumplimiento, que el Ministerio del Trabajo calificó como sin precedentes. Estuvimos cerca del 90% de incumplimiento; 35 de 36 clubes estaban en falta, con mínimos laborales que están establecidos en el Código del Trabajo. Hay multas para equipos porque no tenían agua, higiene, seguridad. Me parece inadmisible que estemos peleando por este tipo de faltas.

Gracias al trabajo de la asociación, tenemos seguros médicos en un deporte de contacto. Trabajamos todos los años para que se regularice, pero esto no puede ser solo desde las jugadoras. Queremos un mayor compromiso de los clubes. Parece que no les duele pagar las multas, pero a nosotras nos duele tener a las jugadoras desprotegidas y precarizadas.

 

Esta carrera deportiva nos duele un montón porque vemos a los clubes, a los dirigentes, rasgando vestiduras por la seguridad en los estadios, por sus jugadores hombres, pero no los vemos preocupados por nosotras. No importan los colores cuando los usamos nosotras y eso es una realidad.

 

Entonces, pediríamos un poco más de verdad. Cuando nos va bien están todos para sacarse fotos, cuando lo ven como un movimiento político, o cuando es algo que les va a hacer bien; pero somos nosotras las que hemos estado ‘moviendo la reja’ para pedir desde que se hagan presentaciones de camisetas con jugadoras y no con modelos, hasta que se respeten los mínimos laborales que se establecen en la ley del trabajo.

 

Esperamos que los clubes deporten un poco y les dé vergüenza tener los camarines sin agua o en condiciones mínimas para que las jugadoras puedan desarrollarse. Es nuestro lugar de trabajo, qué triste que no sean las mismas condiciones que nuestros colegas hombres.

 

Son muchas las diferencias en términos económicos. La vuelta de algunos jugadores con sueldos millonarios deja mucho que pensar. Si planteáramos por ejemplo, la vuelta de Christiane Endler, de Karen Araya ¿Estaríamos hablando de los mismos montos?

 

Iona: Son irrisorios los sueldos de jugadoras versus su par masculino. Si hacemos la comparativa de los sueldos con el masculino cerramos por fuera. Es otro tema para abordar.

 

Mientras en otros países se habla de equidad de sueldos, aquí recién estamos pidiendo condiciones para que nos contraten y todo lo que viene asociado a ello. Estamos a años luz de esa pelea pero es lo que viene.

 

Lo que pasa en EEUU y Europa es a dónde queremos llegar y cómo vamos a ir resolviendo esas temáticas. Queremos que los clubes se sumen a esas temáticas. Si bien, hemos sido super críticas, no los odiamos, queremos que nos quieran como nosotros a ellos y nada más. Estamos siempre dispuestas a ayudar, asesorar y todo.

 

Queremos que demuestren el amor a la camiseta como nosotras lo hacemos todos los fines de semana. Cuando más clubes trabajen como corresponde e integren a la rama femenina como en otros países.

 

No queremos ser contraparte del club, queremos estar todos trabajando para mejorar las condiciones y puedan representarlos mejor. Esperamos que esta tendencia vaya al alza y vayan trabajando de manera seria. Deberían ser los primeros en preocuparse. Sabemos que algunos lo hacen y los resultados están ahí.

 

Existen clubes que se los dicen a sus jugadoras: ‘no vamos a hacer nada hasta que nos fiscalicen. No nos interesa el femenino, no sabíamos de la Ley’. ¿Cómo no van a saber si es su trabajo? ¿Cómo van a visibilizar si no hay interés e inversión?

 

Sobre el mito que el fútbol femenino no vende…

 

El femenino es cuando les conviene y tiene que ser muy rápido el retorno para que les interese. Pero las cosas que realmente importan les cuestan un montón.

 

El año pasado un récord de personas estuvieron en el clásico en el Monumental con gran resguardo de seguridad y el partido de vuelta a puertas cerradas ¿Por qué estamos limitando la visibilidad de nuestro torneo?

 

El año pasado no tuvimos transmisión en tele. Acá no estamos apelando a un público exclusivamente nuevo, acá son hinchas. Vemos 60 mil personas llenando el estadio del Arsenal, ¿por qué no ver a nuestras jugadoras? Sabemos que hay un tema entre la ANFP y la Federación que no ayuda.

 

Termino siempre el año súper desesperanzada y lo inicio esperanzada. Esperamos que los clubes no arrojen los 225 millones en multas. ¿Cómo van a preferir pagar esa multa que dar condiciones dignas? Son faltas de respeto que se deben ir erradicando.

 

Acá la única verdad es que no han querido invertir y dar el espacio que nos corresponde. Sabemos que el fútbol es una industria pero hay que invertir para que funcione. Lo único que pedimos es que se trabaje de la misma forma que nuestro par masculino.

 

 

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