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En Malalcahuello la cordillera se viste de novia

Loreto Soler

Periodista. Mujer de mundo y sabores, dirigenta del Consejo Metropolitano del Colegio de periodistas de Chile

Creada en 1931, la reserva tiene una superficie de 31.260 hectáreas, que destacan por su gran diversidad de flora y donde el bosque nativo, se manifiesta en miles de colores y formas, producto de la geografía volcánica.

Cada viaje es descubrir nuevos paisajes, nuevas actividades y sobre todo a personas y cada vez que viajo, siento como si descubriera nuevos mundos que están más cerca de lo que uno cree.

Conocer, sentir, disfrutar

Cada viaje, me enseña cómo es mi país, a maravillarme con su geografía, historia y especialmente con las personas que viven en esos lugares porque sin ellas no habría nada que conocer.

En el mes de junio tuve la oportunidad de viajar a conocer la Araucanía Andina, esa que se viste de novia cada invierno.

Aquella que guarda en su interior el fuego de los volcanes, en la que se encuentran bosques milenarios que son considerados una maravilla en todo el mundo; la que alberga lo más preciado y sagrado de la cultura mapuche como es el piñón; la que alberga a pueblos originarios que han sabido preservar sus culturas.

A esa Araucanía que no se deja moldear por nada, viaje.

Invierno en la Araucanía

La Araucanía Andina es un parque natural que conserva valiosos y únicos ecosistemas, ofreciendo al turista, paisajes únicos e impactantes.

En los parques y reservas se aprecia la maravilla de los colores que cambian de estación en estación: los rojos y amarillos en otoño; los verdes, blancos y azules del invierno; la gama múltiple y llena de vida de la primavera y el calor renovador y chispeante  del verano.

Aquí, el turista se ve a encontrar con una infraestructura adecuada para el desarrollo de la actividad turística con una conectividad excelente.

Prueba de ello, son el excelente estado de carreteras y caminos que, en invierno, deben ser transitados con precaución por la nieve y el hielo que cubre los caminos.

Tome precauciones y a disfrutar

Es decir, son preferibles los vehículos que tienen tracción en las cuatro ruedas y en algunos puntos, es necesario poner cadenas para el buen desplazamiento de los vehículos. Los servicios de agua potable, electricidad están presentes en la generalidad del territorio urbano.

En cuanto a comunicaciones, la mayoría de los sectores cuentan con buena señal telefónica y de Internet móvil.

En transporte, se aprecia la existencia de terminales de buses en todas las comunas y a nivel regional un aeropuerto que conecta vuelos diarios con Santiago y, en general, el territorio cuenta con una buena infraestructura para el desarrollo del turismo.

Araucanía en esplendor

Curacautín, Lonquimay, Melipeuco, Cunco, Victoria, Collipulli y Vilcún son las comunas que la forman y en las cuales encontrará el lado más profundo de la Región de La Araucanía

La ciudad de Curacautín, es el punto de entrada a la Araucanía Andina y el lugar ideal para recuperar fuerzas después de un viaje largo.

Entre muchos locales se encuentra “Cafemanía” (Serrano 248, Curacautín) que resultó el mejor lugar para disfrutar de una taza de café o de chocolate caliente llena de malvaviscos ($3.600) y que vale la pena conocer.

Reservas nacionales de ensueño

Para los amantes de los deportes de nieve, para quinees quieren reponer fuerzas o disminuir el estrés o hacer turismo aventura o gastronómico o vulcanológico o científico o sencillamente quieran levantarse a leer o a estudiar en paz, la Araucanía andina ofrece distintas alternativas que lo van a dejar plenamente satisfecho.

Aquí podrá encontrar tres reservas nacionales (Malalcahuello/Nalcas; China Muerta y Alto Biobío) y dos parques nacionales (Tolhuaca y Conguillio) que, junto con la belleza del paisaje, ofrecen aventura y diversión por montones.

La reserva Nacional Malalcahuello-Nalcas, al norponiente de la región de La Araucanía, es una de las más lindas de Chile.

El relieve de esta reserva ha sido marcado fuertemente por la actividad volcánica y glaciar.

El principal accidente geográfico de la zona, el volcán Lonquimay con 2.820 metros de altitud junto con el cráter Navidad, que terminó su último proceso eruptivo el verano de 1990.

Allí, existen escoriales volcánicos recientes y un paisaje surrealista al mezclarse el escorial con bosques milenarios de araucarias.

Creada en 1931, la reserva tiene una superficie de 31.260 hectáreas, que destacan por su gran diversidad de flora y donde el bosque nativo, se manifiesta en miles de colores y formas, producto de la geografía volcánica.

Turismo wellness en la Araucanía Andina.

La zona es ideal para disfrutar del descanso en aguas termales que son mágicas y rodeadas de impactante naturaleza. Esta área, tiene cuatro centros termales que son termas Malleco; Malalcahuello; Cañón del Blanco y de Manzanar.

Eso sí, las aguas termales se encuentran en toda la zona por la cercanía con el volcán Llaima que la convierte en un destino especial de bienestar y relajación.

Un lugar especial para el descanso es el parque Amavida

(https://www.parqueamavida.cl/) y como a Malalcahuello (en mapudungun: «Corral de caballos») llegamos a la hora de almuerzo, fuimos recibidos por el dueño del parque Amavida don Juan Vio y su señora Cecilia Estay quienes nos mostraron tanto las instalaciones como la gastronomía del lugar.

El Parque Amavida, ubicado en Malalcahuello (Ruta 181, Curacautín), es un parque de más de 20 hectáreas, con senderos, riachuelos, cabañas, restaurant, SPA, Tinas Calientes.

En invierno las actividades externas están restringidas por que la nieve tapa los senderos, pero, aun así, el lugar permite el descanso, la relajación y desconexión. Es absolutamente un destino wellness que hay que conocer.

«El baño de bosque»

Adicionalmente, el turista puede alojar en una cabaña que en su forma, decoración y distribución recrea una ruca (vivienda mapuche pehuenche) o en una cabaña de montaña o darte un baño de bosque en una reserva natural.

Sobre los baños de bosque, don Juan Vio comentó que “el baño de bosque es una terapia que se realiza simplemente, entrando a un bosque.

Este tipo de terapias parte en Japón hace unos 60 u 80 años denominada Shinrin-yoku, que es una sencilla y terapéutica práctica nipona, que consiste en pasar tiempo en un bosque.

Encontrar la verdadera paz

Entonces, como ellos tenían un alto nivel de estrés, incluso altos niveles de suicidios, ellos decidieron buscar alguna forma para que las personas pudieran bajar esos niveles de agotamiento.

¿Y por qué se les ocurrió investigar el bosque? Luego de estudios concluyeron que al estar viviendo en la ciudad para descansar se piensa en la vida en el campo o ir a la playa y ver las olas del mar.

Esto se avala con el hecho de que la mayor parte de la vida de la humanidad ha ocurrido en el bosque, no en la ciudad.

Entonces, para nuestro inconsciente, la casa natural es el bosque.

Cuando las personas van al bosque van a su casa, porque ese el lugar de origen y cuando las personas están en un bosque ven lo verde y eso les produce tranquilidad, porque su naturaleza está ahí.

¿Qué hacemos nosotros en la terapia? Solo pasar por el bosque produce tranquilidad, pero acá les proponemos que utilicen todos sus sentidos en la caminata (tacto, vista, oído, olfato), que se concentren en ello y eso les provoca una sensación de tranquilidad y paz interior.

Eso inmediatamente, les rebaja el estrés y hay fichas médicas con las cuales se mide el nivel de estrés antes de ingresar y luego de 10 minutos de terapia y los niveles son absolutamente distintos en todas las personas”.

Olvídate de los problemas

Además, hay una sala de spa con salas de masajes que relajan hasta el último de los músculos del cuerpo y una habitación especial para el sauna con una ventana panorámica, que da al bosque y al riachuelo que pasa por el lado de la sala, permitiendo una relajación total, tanto del cuerpo como del espíritu y con una privacidad total.

Al descanso que uno encuentra en el lugar, se une una cocina que junta los sabores de la región como son los hongos digüeñes y morcella esculenta con la gastronomía internacional, por ejemplo, como relleno de sorrentinos hechos en casa.

Además, el café (elaborado con los mejores granos y mezclas seleccionadas), el té, el chocolate caliente junto a los ricos pasteles y sándwiches son el final perfecto de un día de excursión.

Pero en Malalcahuello hay mucho más que relajación y buena comida.

Junto a ello, hay un turismo de montaña que ofrece una amplia gama de actividades y eso, se los contaré en otro relato.

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