Política

Eso no significa nada, pero lo dice todo Por Víctor Maldonado R.

Víctor Maldonado R. Sociólogo

Licenciado en Sociología y Magíster en Ciencias Políticas, ambas de la Universidad de Chile.

Veo a la expresidenta Bachelet dotando a los candidatos locales de insumos programáticos de campaña y aprestándose a recorrer el país. Eso, claro, no significa nada, pero lo dice todo.

Eso no significa nada, pero lo dice todo Por Víctor Maldonado R.

Hay que tomar en cuenta que la derecha no ha tenido un solo día, desde que asumió Gabriel Boric, que no tenga uno o dos candidatos presidenciales.

La derecha está en lucha presidencial, además de municipal

Cuando se está en estas condiciones es relativamente fácil recetar que se puede dejar el tema del abanderado para más adelante.

Por supuesto que se pueden diferir las cosas cuando no hay ninguna incógnita que resolver.

Aun así, la oposición no hace caso de sus propias recomendaciones porque es evidente que la campaña presidencial se está dando a través de los candidatos emblemáticos de Chile Vamos y republicanos.

Algo más que una municipal o de Gores

En esta elección la derecha hará una doble contabilidad de los votos: la que concluye en lo inmediato con ganadores y perdedores, y la que consiste en saber cómo quedan las posiciones para la siguiente fase de una campaña larga, que nunca se ha detenido, por el premio mayor.

Es lo que sucede cuando los liderazgos presidenciales estaban decididos antes que se inscribieran los postulantes a llenar los puestos municipales y regionales.

Lo que no se puede evitar es que quien quiera llegar a La Moneda debe hacerse presente apoyando las candidaturas que le pueden ser proclives.

Los candidatos se conocen por su acción

Así, se ubica de inmediato quien está en la carrera larga: por su desplazamiento estratégicamente programado en apoyo a los lugares donde se define la elección municipal.

Los presidenciables no se identifican por las veces en que niegan tener esa pretensión, sino por el modo cómo se desplazan en terreno.

Por ejemplo, Sebastián Piñera insistía en su nula aspiración a una tercera presidencia, pero su última iniciativa consistió en que se le presentara un pormenorizado mapa de las competencias municipales donde se podía ganar.

Era candidato hasta que el destino cambió las cosas.

Veo a la expresidenta Bachelet dotando a los candidatos locales de insumos programáticos de campaña y aprestándose a recorrer el país. Eso, claro, no significa nada, pero lo dice todo.

Lo que justifica la búsqueda de abanderados es la necesidad colectiva de darle sentido a las acciones que se emprendan.

No se trata solo de cuántas obras se pueden implementar, ni de cuantas iniciativas se pueden concretar en cada comuna.

Se trata de saber si eso coincide con el rumbo que está tomando el país.

En el pasado los partidos representaban proyectos de sociedad que tenían respuestas para todo, hoy los gobiernos viven al día y es la identificación con los líderes lo que permite mantener la adhesión a un conglomerado.

Ambos extremos conllevan muchos riesgos, pero lo cierto es que no se adhiere a proyectos genéricos, sino a través de personas concretas.

Los anhelos más profundos del país se detectan por el liderazgo que se busca.

Es eso lo que empezará a despejarse durante las municipales, primero, se pensará en las necesidades de campaña y, luego, más allá.

Al principio los candidatos a alcaldes y concejales buscarán la compañía de quienes son más afectivamente cercanos a sus vecinos, luego buscarán socios para responder a sus demandas.

Esta elección será un colador, muchos entrarán, pero solo algunos pasarán por esta prueba de resistencia.

Comparte en:

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email

Comenta este artículo