Existe una gran cantidad de hábitos positivos qué contribuyen a no ser víctimas de un envejecimiento prematuro, el secreto es estar alerta a nuestras acciones y nuestros pensamientos.
Cumplir años no significa tener una peor salud o forma física.
Está comprobado que existen buenos hábitos de vida que pueden ayudar a mejorar la calidad de esta, y también a retrasar los achaques que son más típicos del paso del tiempo.
Es necesario cuidarse en cualquier etapa de la vida.
La falta de atención puede afectar a una persona joven o a otra con mayor edad de la misma manera, es decir, si no se pone ojo a aspectos importantes el resultado jamás será positivo.
Tener una buena alimentación, dormir bien, practicar ejercicio físico o hacer revisiones médicas de manera periódica, son atenciones básicas que se recomiendan.
Te contamos, con mayor detalle, cuáles son las acciones que se deben evitar a partir de los 50 años, según un estudio realizado por el medio VozBienestar.
Los hábitos comunes que envejecen a partir de los 50 años:
-Uno de los más comunes es comer mal. El metabolismo de una persona empieza a ralentizarse a partir de los 60 años. Esto quiere decir que el cuerpo quema las calorías de una forma más lenta.
Si se sigue comiendo lo mismo y haciendo el mismo ejercicio o menos, se terminará ganando peso. Hay que tener presente que la mala alimentación es detonante de una serie de enfermedades, muchas de ellas letales.
-Fumar y beber son otros dos hábitos que aceleran el envejecimiento a esa edad. Un estudio de Nguyen explica que no haber fumado nunca puede reducir el riesgo de muerte en un 29%.
Sin embargo, fumar acorta la vida de las personas que son hombres en unos 12 años y en las mujeres en 11 años, tal y como aseguró la Asociación Estadounidense del Cáncer. Además, la Asociación Española contra el Cáncer dijo que el riesgo de cáncer de pulmón es entre 20 y 25 veces más superior en los fumadores que en los no fumadores.
-Vivir estresado muestra signos del paso del tiempo y ,potencialmente, puede llegar a generar un mayor riesgo de enfermedades crónicas. En el caso de que se empiece a notar que tener una vida estresante afecta a diario, será necesario cambiar los hábitos de sueño o de alimentación y, por supuesto, salir a practicar una actividad física, aunque sea de baja intensidad.
-No socializar puede suponer también un problema. La socialización es fundamental para evitar el alzhéimer y también para mantener la memoria.
El aislamiento social está vinculado a un incremento del 50% del riesgo de tener demencia, pero también del aumento de sufrir enfermedades cardíacas y de accidentes cerebrovasculares.
