El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un mejor escenario para la economía de Chile, aunque sigue creyendo que el Producto Interno Bruto local se va a contraer en 0,5 por ciento este año, para volver a crecer el 1,6 por ciento en 2024, todavía por debajo del 2,4 por ciento que avanzó en 2022.
Estas proyecciones del PBI toman en consideración las proyecciones de gasto público, los precios del cobre, la depreciación y la inflación.
En todo caso, Chile deja de ser el único país de la región en caer. Argentina pasó de tener una perspectiva de crecimiento de un 1% y ahora el FMI cree que el país vecino caerá 2,5% en 2023. Puerto Rico, territorio bajo la administración de Estados Unidos, pasó de tener una perspectiva de 0,4% a una contracción de 0,7%.
El informe del FMI moderó sus perspectivas para el próximo año. En abril veía a Chile creciendo 1,9% y ahora lo bajó a 1,4% durante 2024.
También proyectó una mayor moderación de la inflación respecto al documento pasado. En abril, el organismo veía un Índice de Precios al Consumidor al cierre del año con una subida de 7,9% y ahora la proyección es de 7,8%. Para 2024, en tanto, el IPC previsto pasó de 4% a 3,6%.
Desde el FMI también dijeron ver una tasa de desempleo mayor al informe anterior. El organismo internacional apuesta que la tasa de desocupación llegará a 8,8% en 2023 y a 9% en 2024. Antes, el FMI decía que la tasa de desempleo se ubicará este año en 8,3% y 7,9% en el próximo.
El FMI proyecta en su informe que la economía latinoamericana se expandirá en 2,3 por ciento tanto en 2023 como en 2024, lo que supone una revisión al alza de cuatro décimas para este año y de una para el próximo, gracias fundamentalmente al buen comportamiento de Brasil y México.
ANÁLISIS MUNDIAL
Según el economista jefe del FMI, el francés Pierre-Olivier Gourinchas, “la probabilidad de un aterrizaje suave ha aumentado”, aunque advierte de que la previsión de crecimiento mundial es la más baja en décadas.
En este sentido, si bien destaca que la economía mundial continúa recuperándose de la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis por el alza de la inflación, a su juicio el crecimiento sigue siendo lento y desigual, con divergencias cada vez mayores.
“La economía global avanza cojeando, no corriendo”, resumió Gourinchas.
Además de las previsiones de crecimiento, el FMI ha indicado prevé que la inflación general continúe desacelerándose desde el 9,2% en 2022 al 5,9% este año y al 4,8% en 2024, mientras que anticipa que la tasa subyacente también disminuya, aunque de manera más gradual, situándose en promedio en el 4,5% el año que viene.
“No es probable que la mayoría de los países vuelvan a alcanzar el objetivo de inflación hasta 2025″, anticipó el economista jefe del FMI.
