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Ghosting y Orbiting maneras de hacer daño por RRSS

María Fernanda Pavez

En términos más simples es cuando una persona sentimentalmente importante permanece conectada mediante redes sociales, pero deja de interactuar directamente en la vida real, es decir, sólo observa lo que hace.

Ambas prácticas sanas, pero lamentablemente son un fenómeno que afecta a cada vez más personas de todas las edades.

El fenómeno del orbiting no solo afecta en el plano de las relaciones amorosas, sino que también tiene implicancia en vínculos amistosos.

 

Juego cruel

Otra distinción es que en este modo de actuar una de las dos partes quiere alejarse totalmente del vínculo, pero no termina de hacerlo.

En términos más simples es cuando una persona sentimentalmente importante permanece conectada mediante redes sociales, pero deja de interactuar directamente en la vida real, es decir, sólo observa lo que hace.

Cómo la historia lo indica fue en 2018 que el término fue acuñado por primera vez por la periodista Anna Lovine.

La profesional explicó que durante esta técnica el victimario se mantiene “lo suficientemente cerca para que ambos se puedan observar y suficientemente alejado para nunca tener que volver a hablar”.

 

Un fantasma que deja huellas

Su nombre también da atisbo de su significado, “Orbiting” viene del inglés “orbitar” u “orbitando” y hace referencia a que, de la misma forma que ocurre con la Tierra y el Sol, hay personas que desaparecen de la vida de un otro, pero sin abandonarla completamente.

Es un hecho que en las redes sociales se manifiesta en acciones como, no volver a responder un mensaje, pero, de vez en cuando dejar un “me gusta” en una foto o reaccionar a alguna imagen o video.

Frente a dichas respuestas inconclusas quien recibe las señales llega a considerar que es un nuevo acercamiento cuando simplemente puede tratarse sólo de una provocación.

 

Experiencia dolorosa

Una práctica enfermiza qué puede causar muchos daños sobre todo en adolescentes en etapa de crecimiento, momento en el son demasiado influenciables y vulnerables.

Debido la nueva era en qué internet tiene el principal protagonismo, esta práctica ya es habitual y lamentablemente casi normal.

Hay que tomar en cuenta que quiénes son víctimas de ellas sufren como si se tratara de un abandono, así es como lo sienten quienes lo han experimentado.

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