Las autoridades han reconocido que saben cuántas personas pueden estar desaparecidas, por lo que se teme que el balance de víctimas aumente.
El incendio forestal que arrasó esta semana una localidad del archipiélago estadounidense de Hawái, deja 89 muertos y 1.000 desaparecidos, informaron las autoridades del condado de Maui. Las pérdidas materiales son totales.
«El número de muertos asciende a 89», se informó en una actualización periódica de la situación, añadiéndose que 1.418 personas fueron evacuadas y llevadas a refugios de emergencia.
Los voluntarios se encuentran rastreando entre las ruinas de edificios y viviendas calcinadas por las llamas. Los vehículos ya periciados, se marcan con una X para dar cuenta que allí, no hay restos humanos.
Bomberos desplegados en el lugar detallaron que en Lahaina, antigua capital de Hawái y la ciudad más afectada por el incendio, la emergencia se encuentra controlada en un 85%.
En otras localidades, como en Pulehu, el este del archipiélago, las llamas se encuentran controladas en un 80%, mientras que un tercer foco, en las colinas del interior de Maui, está controlado a la mitad.
Primeras proyecciones estiman que la reconstrucción de Lahaina costará más de 5.500 millones de dólares.
Por otro lado, el alcalde del condado de Maui, Richard Bissen, describió la devastación en términos apocalípticos. “Lo más parecido a una zona de guerra, o quizá a la explosión de una bomba“, afirmó.
Esta localidad de 12.000 habitantes, situada en la isla de Maui desde hace cientos de años, fue el orgulloso hogar de la Familia Real hawaiana.
Miles de turistas la visitan cada año para deleitarse con su ambiente, pasear por el pintoresco malecón o recostarse bajo un majestuoso árbol baniano, considerado el más antiguo de Estados Unidos, que también está en peligro de sucumbir.
