Política

Hay candidaturas fuertes si hay conglomerados fuertes Víctor Maldonado R.

Víctor Maldonado R. Sociólogo

Licenciado en Sociología y Magíster en Ciencias Políticas, ambas de la Universidad de Chile.

Vocales de mesa para elecciones primarias 2024: Verifica si estás en nómina final.
Las primarias son los mejores sondeos de desempeño de la organización electoral de los partidos y lo mismo ocurre con los grandes conglomerados.

Hay candidaturas fuertes si hay conglomerados fuertes Por Víctor Maldonado R.

La participación en elecciones primarias siempre ha sido evaluada, en un primer momento, por lo que se considera una baja participación.

Esa es una perspectiva válida, pero hay algo más interesante de lo que nos ha tocado presenciar.

Las elecciones oficiales son, ahora, con voto obligatorio, la difusión en los medios está garantizada, candidatos y partidos tienen facilidades para cumplir con su labor y hay una fuerte colaboración institucional.

Son eventos incomparables.

Las elecciones primarias no se parecen, ni por asomo, a lo anteriormente descrito. Es una actividad política reducida al ámbito de influencias de los partidos y de los líderes locales.

Son microcosmos reducidos, aunque representativos y a escala, de lo que nos encontraremos con posterioridad.

Las primarias son una versión reducida de participación ciudadana, pero como las condiciones son las mismas para ambos bloques políticos, permiten evaluar desempeños, con todas las salvedades del caso.

En las comunas donde se han dado primarias de ambos pactos, es imposible que convocatorias desiguales no expresen las diferencias que podemos perfectamente ver reproducidas en octubre.

Las primarias son los mejores sondeos de desempeño de la organización electoral de los partidos y lo mismo ocurre con los grandes conglomerados.

La centroizquierda ha resuelto un mayor número de casos conflictivos en estas elecciones y ha mejorado su competitividad.

Si la centroderecha no resuelve sus diferencias con republicanos, sin duda irá cediendo ventajas.

Como era de esperar, los resultados han traído victorias y derrotas para todos, pero la lección confirmada es que sin una unidad que se vaya afinando de aquí a la elección de octubre, no se puede ganar en los comicios abiertos.

Ahora, lo que más llama la atención son los nombres y la posición política de los ganadores de este domingo.

Un poco más allá de la superficie, lo que más importará en sus efectos futuros será la capacidad de las coaliciones en competencia para pasar de la lucha electoral a la unidad y a la colaboración, superando los roces propios de cualquier evento electoral.

Se puede ganar solo porque todos los hasta ayer contendientes colaboran entre sí, prestando apoyo desde sus identidades, tras liderazgos legitimados en urnas.

Los partidos oficialistas y la DC han acordado un procedimiento democrático para definir sus liderazgos municipales y competir con una derecha, sin duda, empoderada.

Si antes perdían por separado, ahora son competitivos por estar juntos y podrán ganar si mejoran su desempeño electoral con todos presentes.

Estamos a mitad de camino.

En la definición de una estrategia ganadora, los partidos han tenido un mejor desempeño que el gobierno en mostrar una confluencia, trabajada y trabajosa, pero efectiva.

Si la participación hubiera sido masiva, significaría que el diagnóstico de que los partidos se encuentran en serios problemas sería una mera exageración y, sin duda, sus falencias son reales.

Al apelar a la participación voluntaria se legitiman liderazgos que de otro modo no podrían aspirar a crecer. Hay que seguir ampliando la convocatoria para competir con la oposición.

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