- Nuevos antecedentes sobre el Caso Hermosilla han salido a la luz, en días en que las noticias sobre eventuales delitos de corrupción ligados al caso no dejan de aparecer. Un reportaje de Interferencia reveló que el actual jefe de asesores del Presidente Boric tuvo conversaciones con el abogado, en las que habría negociado la persecución de Piñera por violaciones a los derechos humanos durante el estallido social.
Durante su campaña presidencial, el mandatario Gabriel Boric lanzó una dura advertencia contra el expresidente Sebastián Piñera: «Señor Piñera, está avisado, se le va a perseguir por las graves violaciones a los DD.HH. cometidas bajo su mandato”.
Tras la victoria de Boric, el entorno de Piñera comenzó a moverse para evitar cualquier juicio en contra de él. Fue así como, según afirma el reportaje, sus colaboradores le encargaron al abogado Luis Hermosilla la tarea de persuadir al Gobierno.
Las conversaciones las tendría con quien fuera compañero de carrera de su hijo en la Universidad Católica, el jefe de asesores del Segundo Piso, Miguel Crispi. Entre otras cosas, tanto su hijo, Juan Cristóbal Hermosilla, como Crispi, eran militantes de RD y trabajaron para el primer gobierno de Michelle Bachelet.
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Todo parece demostrar que las conversaciones entre el abogado y el asesor se mantuvieron en silencio. Además, el medio sugirió que Crispi pudo mantener conversaciones personales con el Presidente Boric sobre el tema.
«Aunque aún no hay claridad de cuándo se iniciaron las conversaciones entre Miguel Crispi y Luis Hermosilla para no insistir en perseguir penalmente al ex mandatario Piñera, lo cierto es que las declaraciones del propio Presidente Boric dejan en claro que se trata de un tema superado», señalan en la investigación.
Dos años después de la advertencia del candidato Boric, el mismo se subía ya como presidente a un avión junto a Piñera para asistir al cambio de mando en Paraguay. En ese escenario, el mandatario afirmó creer que Piñera era «un demócrata»,
Las negociaciones entre Crispi y Hermosilla parecerían explicar el cambio de tono del Gobierno respecto a la figura del Piñerismo y la declinación a la posibilidad de perseguir penalmente al expresidente por las graves vulneraciones a los derechos humanos que ocurrieron durante las manifestaciones del estallido social.
