Internacional

Histórica victoria de la ultraderecha en Alemania

Editado de agencias y medios internacionales por Cristian Navarro H.

El partido Alternativa para Alemania (AfD) se convirtió en la principal fuerza política en Turingia

El reciente triunfo de la ultraderecha en dos elecciones regionales en el este de Alemania ha causado un «terremoto político» que debilita aún más a la coalición de centroizquierda liderada por Olaf Scholz, a solo un año de las elecciones legislativas de 2025.

El partido Alternativa para Alemania (AfD) se convirtió en la principal fuerza política en Turingia, una región donde es catalogado como «extremista de derecha». En Sajonia, la AfD quedó en segundo lugar, detrás de los conservadores, en ambas regiones de la antigua RDA.

Björn Höcke, líder de la AfD en Turingia, logró un 32,8% de los votos, aunque no se espera que pueda formar gobierno debido a que todos los demás partidos han rechazado cualquier alianza con su partido. Sin embargo, Alice Weidel, copresidenta de la AfD, advirtió que este «cortafuegos antidemocrático» no podrá sostenerse a largo plazo.

AfD puede bloquear leyes en el parlamento

La AfD ahora cuenta con una minoría de bloqueo en el parlamento de Turingia, lo que le permitiría impedir, entre otras cosas, el nombramiento de jueces. Este avance de la ultraderecha en una región con un pasado histórico tan delicado, donde en 1932 los nazis llegaron al poder, es particularmente preocupante.

El nuevo partido BSW, fundado por Sahra Wagenknecht, figura prominente de la izquierda alemana, también tuvo un notable avance, logrando más del 10% en ambas regiones, lo que podría ser crucial en futuras negociaciones.

La popularidad de la AfD y del BSW en estas elecciones se debe en parte a su discurso radical contra la inmigración y su llamado a detener el envío de armas a Ucrania, una postura bien recibida en estas regiones de la antigua República Democrática Alemana (RDA), donde el miedo a la guerra sigue latente.

Golpe para la coalición gobernante

Estos resultados representan un nuevo golpe para la coalición gobernante en Alemania, compuesta por socialdemócratas, verdes y liberales, que ya había sufrido derrotas en las elecciones europeas de junio.

La baja popularidad del gobierno de Scholz, exacerbada por la inflación y las disputas internas sobre la transición ecológica, se reflejó en los pésimos resultados obtenidos por el SPD en Turingia y Sajonia, donde apenas alcanzaron el 6,1% y el 7,3% de los votos, respectivamente.

Además, las elecciones estuvieron marcadas por el reciente apuñalamiento en Solingen que dejó tres muertos, un incidente que reavivó el debate sobre la inmigración en Alemania.

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