Los tres imputados por la muerte de Catalina Torres (21), trabajadora del Parque Safari de Rancagua que falleció tras el ataque de un tigre en 2021, negaron su participación en los hechos que llevaron a la tragedia.
El Ministerio Público los acusa de cuasidelito de homicidio.
Durante una audiencia previa al comienzo del juicio, el dueño del recinto, Iván Sánchez; su hijo Pablo Sánchez, en calidad de gerente de operaciones, y la veterinaria Valeria Olmo fueron consultados al respecto por el juez Gonzalo Celedón y ninguno admitió responsabilidad.
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PRESUNTA NEGLIGENCIA
En septiembre del año pasado fueron formalizados por su presunta negligencia en la muerte de Torres, cuyos superiores le ordenaron realizar labores de limpieza en la zona del tigre a pesar de que ella trabajaba como guía turística y sin advertir que el animal se encontraba suelto.
«La Fiscalía y la parte querellante vamos a tener que probar por qué se está diciendo que fueron culpables. Para eso tenemos toda la evidencia de la PDI, y los informes de peritos que hicieron la reconstitución de los hechos», explicó el abogado querellante, Jaime Gatica.
«La ley nos ampara, porque establece que hay una obligación de seguridad de parte de las empresas, del empleador, para proteger la vida y la salud de sus trabajadores», agregó el jurista.
JUICIO SIMPLIFICADO
Durante la audiencia -que se efectuó ayer- la Fiscalía intentó que el caso pudiera quedar concluido, pero finalmente se optó por continuar con un juicio simplificado. La audiencia de preparación fue programada para el 3 de septiembre.
Al respecto, Gatica precisó que con el juicio simplificado «estamos hablando de negligencias, y la ley asigna una pena inferior a una pena aflictiva, por lo tanto, es la ley la que dispone este tipo de procedimientos para estos hechos».
A la salida del Tribunal de Garantía de Rancagua, Sara Ibarra, madre deCatalina Torres, afirmó que «esperaba que ellos aceptaran su responsabilidad, su negligencia, pero no fue así (…) aquí no se murió un perro, se murió mi hija, entonces me duele que una vida no valga nada como para que la hubiesen rescatado o auxiliado» del ataque del tigre.
