La reciente colaboración entre el Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Vermelho (CV) podría intensificar el narcotráfico internacional y el comercio de armas en Brasil.
Durante el fin de semana la violencia en Río de Janeiro alcanzó un nuevo nivel. Tras la detención de Rodolfo Manhães Viana, alias «Topo», un importante miembro del Comando Vermelho, sus hombres atacaron a tiros la comisaría donde estaba recluido, hiriendo a un policía. Días antes, narcotraficantes dispararon contra un helicóptero de la policía en la misma ciudad.
Lea también Rusia descarta devolver territorios a Ucrania en posible acuerdo de paz
Estos hechos ocurrieron en un contexto crítico para la seguridad del país. Un informe de inteligencia de la Secretaría Nacional de Políticas Criminales y el fiscal de San Pablo, Lincoln Gakiya, confirman que el PCC y el CV han firmado una tregua histórica.
LA ALIANZA ENTRE EL PCC Y EL CV
«La unificación de los abogados del PCC y del CV fue impulsada por miembros de alto rango de ambas facciones para defender los intereses de sus líderes encarcelados», señala el informe.
Esta tregua ya es visible en Río de Janeiro y San Pablo. Su impacto podría derivar en el crecimiento del tráfico internacional de cocaína y de armas hacia Brasil.
Rodrigo Duton, teniente coronel de la Policía Militar de Río y experto en seguridad, advierte que el país podría enfrentar una ola de violencia similar a la de San Pablo en 2006, cuando el PCC desató un toque de queda con ataques a la policía y quemas de autobuses.
«El endurecimiento de medidas contra el PCC podría generar protestas, atentados y disturbios», explica Duton.
EXPANSIÓN INTERNACIONAL Y LAVADO DE DINERO
La tregua también busca facilitar la fuga de sus líderes y fortalecer el tráfico en las rutas principales.
El PCC controla la ruta «caipira», que parte de Bolivia, pasa por San Pablo y llega al puerto de Santos, con destino a África y Europa. El CV maneja el tráfico por el río Solimões, en la selva amazónica, facilitando la entrada de cocaína colombiana y peruana.
Ambos grupos también están expandiéndose fuera de Brasil. Recientemente, un brasileño fue encontrado carbonizado en Lisboa, presuntamente por miembros del CV. La situación ha impulsado acuerdos bilaterales entre Brasil y Portugal para combatir el crimen organizado.
Según un informe del Instituto Australiano de Política Estratégica, el PCC también ha extendido su influencia hacia Australia debido a su mercado lucrativo de cocaína y la participación en la logística del narcotráfico. «El PCC podría diversificarse hacia las drogas sintéticas, siguiendo el modelo de los cárteles mexicanos», señala Duton.
El grupo también se ha infiltrado en sectores legales para lavar dinero. Un informe del Foro Brasileño de Seguridad Pública revela que el PCC generó en 2022 unos 147.000 millones de reales (25.770,5 millones de dólares) a través del comercio ilegal de cigarrillos, bebidas, combustibles y oro. En San Pablo, controla más de 1.100 gasolineras, según autoridades locales.
EL MERCADO DE COMBUSTIBLES Y LA INFILTRACIÓN CRIMINAL
El PCC ha encontrado en la industria de combustibles un negocio rentable para lavar dinero. Controla estaciones de servicio, evade impuestos y adulteran gasolina con metanol y otros productos. También ha adquirido fábricas de etanol y domina la distribución de combustible en el norte del país.
Ante esta situación, el gobierno de Brasil ha creado el Centro Estratégico de Lucha contra el Crimen Organizado, con el foco en la corrupción en el sector de combustibles. Además, el Congreso estudia abrir una Comisión Parlamentaria de Investigación para analizar las operaciones criminales en este ámbito.
EL NARCOTRÁFICO SIGUE DOMINANDO
A pesar de sus nuevos negocios, la cocaína sigue siendo el pilar financiero de estas organizaciones. Según un estudio de la Universidad Federal de Santa Catarina, el 63% de las muestras de agua en la Laguna de la Concepción de Florianópolis contenían rastros de cocaína, reflejando su alto consumo en el país.
Mientras tanto, otras facciones también buscan consolidar su poder. Uno de los criminales más buscados en Río es Álvaro Malaquias Santa Rosa, alias «Peixão», líder del Terceiro Comando Puro (TCP). Peixão está bajo investigación por terrorismo y utiliza su influencia para imponer su religión, persiguiendo a quienes practican otras creencias.
En octubre de 2024, sus hombres desataron un tiroteo en la Avenida Brasil, dejando tres muertos.
Brasil enfrenta un panorama de criminalidad cada vez más complejo, con facciones que no solo fortalecen su presencia local, sino que también expanden su red de influencia a nivel internacional.
🇧🇷 | El PCC y el Comando Rojo, las mayores bandas criminales de Brasil, acordaron una tregua tras una década de conflicto. Buscan mejorar condiciones en las cárceles y coordinar el tráfico en dos rutas clave. Conozca más sobre su historia criminal en nuestra cobertura:… pic.twitter.com/hyRIABjp1j
— InSight Crime Español (@InSightCrime_es) February 17, 2025