La posible ausencia de Argentina en la ceremonia organizada por el Vaticano, en el marco del aniversario de la firma del tratado de paz que puso fin al conflicto del Canal de Beagle, ha generado tensiones diplomáticas.
La decisión estaría vinculada a desacuerdos recientes entre el presidente Javier Milei y su homólogo chileno Gabriel Boric, ocurridos durante la cumbre del G20 en Río de Janeiro.
Lea también Corea del Norte advierte tensiones de guerra nuclear en península coreana
Estas diferencias se centraron en las posturas ideológicas de ambos países en el contexto internacional.
De acuerdo con fuentes diplomáticas, tras estos cruces, Milei habría indicado a su canciller, Gerardo Werthein, reconsiderar su participación en la audiencia del próximo lunes en Roma, evento organizado por la Santa Sede para conmemorar los 40 años del tratado que evitó un conflicto armado entre Argentina y Chile gracias a la mediación de Juan Pablo II.
Hasta hace unos días, Roma contaba con la confirmación de Werthein y de su par chileno, Alberto van Klaveren, para un encuentro que incluiría audiencias privadas con el Papa Francisco antes del evento central.
Sin embargo, fuentes informaron que la embajada argentina ante el Vaticano recibió indicios de un posible cambio de planes.
DIFERENCIAS POLÍTICAS
La tensión se enmarca también en diferencias sobre el conflicto en Medio Oriente.
Mientras el gobierno de Milei rechazaba las acciones de la Corte Penal Internacional contra líderes israelíes, el Papa Francisco describió la situación en Gaza como «posiblemente genocida».
Estas posturas opuestas han avivado las tensiones entre el gobierno argentino y la Santa Sede.
El vínculo entre Francisco y el mandatario argentino ha sido complicado desde la campaña presidencial, aunque ambos intentaron suavizar las asperezas tras la victoria de Milei.
No obstante, los acontecimientos recientes sugieren que las diferencias persisten, especialmente en temas de política internacional.
El resultado de esta decisión podría influir significativamente en las relaciones diplomáticas entre Argentina, Chile y el Vaticano, marcando un nuevo capítulo en una relación que ha enfrentado numerosos desafíos.