En una sesión marcada por la baja participación presencial y fuertes divisiones políticas, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó en la madrugada de este jueves un proyecto de ley que flexibiliza de forma significativa los requisitos para obtener licencias ambientales. La norma, que ya contaba con respaldo del Senado, queda ahora a la espera de la decisión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Con 267 votos a favor y 116 en contra, la iniciativa fue despachada tras una sesión que comenzó pasada la medianoche y terminó cerca de las 03:30, con gran parte del hemiciclo vacío. Muchos parlamentarios participaron de forma remota, mientras los partidos progresistas denunciaban un intento de aprobar la ley «en el último suspiro».
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CRÍTICAS Y RESPALDO
Organizaciones ambientales, comunidades indígenas y parlamentarios de izquierda han bautizado la norma como el “PL de la devastación”. El texto lleva años en discusión —desde 2004— y propone simplificar los permisos ambientales para determinadas actividades económicas, en especial del sector agropecuario, uno de los más influyentes en el Congreso brasileño.
Uno de los puntos más controvertidos es la creación de la Licencia Ambiental Especial, que permite omitir etapas del proceso de análisis si así lo dispone el Poder Ejecutivo. Además, introduce la Licencia Ambiental por Adhesión o Compromiso, que se basa únicamente en la autodeclaración del empresario interesado.
Para los sectores productivos, la medida representa una modernización necesaria. “Da garantías a los emprendedores”, afirmó Zé Vitor, del Partido Liberal. “No hay espacio para burocracias y cuestiones ideológicas y subjetivas”, añadió. Marcel van Hattem, del partido Novo, coincidió en que “una ley que no se moderniza retrasa al país”.
PROTESTAS
La respuesta de los sectores progresistas no se hizo esperar. Varios diputados denunciaron que la forma y el fondo del proceso violan principios constitucionales. “¿Vamos a votar esto en el último suspiro, con votación virtual y el pleno vacío? ¡Qué vergüenza!”, exclamó Duda Salabert, del Partido Democrático Laborista.
Desde las bancadas indígenas también se alzaron críticas. Célia Xakriabá, primera diputada federal indígena por Minas Gerais, sostuvo que “el dinero no va a sustituir a los bosques” y criticó al Congreso por su carácter “machista, racista y colonial”.
Gabriela Nepomuceno, especialista en Políticas Públicas de Greenpeace Brasil, advirtió que la nueva ley deja a las comunidades vulnerables a los intereses empresariales: “El Parlamento permitió que grandes empresas ligadas al agronegocio y la industria se autodeclaren aptas para construir sin inspección previa, sin fiscalización y sin escuchar a las poblaciones afectadas”.
LULA BAJO PRESIÓN
El proyecto se encuentra ahora en manos del presidente Lula da Silva, quien deberá decidir si lo sanciona o ejerce su poder de veto. Sin embargo, el Congreso tiene la facultad de revertir esa decisión con mayoría absoluta —al menos 257 diputados y 41 senadores—, lo que abre la puerta a una eventual promulgación incluso en caso de rechazo presidencial.
A solo meses de la COP30, que se realizará en noviembre en la ciudad amazónica de Belém, el avance de esta legislación tensiona la imagen internacional de Brasil como actor en la lucha contra el cambio climático. Las organizaciones ambientales anticipan que, si se aprueba, la norma podría terminar impugnada en tribunales.
Ambientalistas e setor produtivo divergem sobre PL do Licenciamento Ambiental; veja o que dizem
Aprovação do texto pelo Congresso desagrada ambientalistas, mas é festejada por alguns setoreshttps://t.co/b1V0DGVfSK
— O Tempo (@otempo) July 17, 2025