En Argentina, el caso de Jazmín Carro ha generado amplio debate público. La joven, ahora de 19 años, confesó que a los 14 denunció falsamente a su padre por abuso sexual, lo que resultó en una condena de 15 años de prisión.
Según su testimonio, el incidente comenzó tras una discusión familiar. Influenciada por un entorno social que criticaba la autoridad masculina y por enojo hacia las reglas impuestas por su padre, inventó una historia basada en una experiencia que escuchó de una amiga.
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La adolescente admitió que la denuncia escaló rápidamente debido a fallas en el sistema judicial, incluyendo un examen médico invasivo y entrevistas psicológicas que, según ella, distorsionaron su relato inicial para agravar las acusaciones.
A pesar de confesar la falsedad de los hechos poco tiempo después, el proceso judicial siguió adelante, resultando en la condena de su padre.
El caso de Jazmín Carro fue presentado recientemente en el Senado argentino, en una jornada contra denuncias falsas, donde la joven relató entre lágrimas el impacto de su error y solicitó la revisión judicial del caso.
La situación ha impulsado debates sobre la regulación de denuncias falsas y la presunción de inocencia, con propuestas legislativas para endurecer las sanciones a quienes presenten acusaciones infundada.
CONMOVEDOR TESTIMONIO
«Crearon una historia de abusos repetidos en mi cabeza y me hicieron entender que yo sí había dicho lo del sexo oral. ¿Cómo?» apuntó en la instancia Carro.
«Empiezan queriendo entrar en confianza, preguntándote cosas personales, como con quién vivo, cómo vivo, cómo es mi casa, qué hago cotidianamente, qué cosas me gustan hacer, si vamos o no de vacaciones… Y toda esa información la van usando para armar una historia perfecta y condenar a un hombre», agregó.
En ese sentido, señaló que la psicóloga «se encargaba de armar la historia y decirme cómo había sucedido un abuso en casa, y no solo uno, sino que por mucho tiempo. Cuando intentaba decir que eso no fue así, que yo no viví eso, me decía que podía ser que yo lo haya olvidado, pero que es normal, que suele pasar. Y creaba en mi cabeza cómo mi papá supuestamente me llevaba a mi pieza o a la suya».
