La suspensión temporal del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), del que dependen casi 42 millones de personas en Estados Unidos, ha generado una crisis humanitaria sin precedentes en medio del cierre del Gobierno federal, que ya cumple 32 días sin acuerdo.
Desde el 1 de noviembre, los recursos federales destinados al programa —más de 8.000 millones de dólares mensuales— quedaron congelados luego de que la Administración del presidente Donald Trump decidiera no utilizar los fondos de emergencia disponibles mientras espera “orientación legal adecuada”.
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SNAP entrega mensualmente beneficios de alimentación a hogares cuyos ingresos están por debajo del 130 % de la línea federal de pobreza, lo que afecta especialmente a madres solteras, adultos mayores y familias cuidadoras.
Entre los afectados está Destiny, madre soltera de Ohio, quien no recibirá el depósito habitual para alimentar a su hija de un año. En Tennessee, Roma Hammonds, abuela que cría a sus nietos, reconoce no tener alternativas: “No sé qué haré”, declaró a la agencia Reuters.
ESTADOS BUSCAN SOLUCIONES, PERO NO HAY REEMBOLSO FEDERAL
Seis jurisdicciones —Delaware, Nuevo México, Luisiana, Virginia, Vermont y el Distrito de Columbia— anunciaron que usarán recursos locales para cubrir total o parcialmente los beneficios durante noviembre. Sin embargo, el Departamento de Agricultura advirtió que no reembolsará esos fondos.
Otros estados, como Ohio y Tennessee, informaron que no cuentan con los mecanismos técnicos ni presupuestarios para cargar los beneficios de SNAP en las tarjetas de los usuarios.
“Los estados no tienen un mecanismo para cargar beneficios en las tarjetas de los clientes”, afirmó Bill Lee, gobernador de Tennessee.
Los montos asignados revelan la magnitud del programa: desde 4,9 millones de dólares para Wyoming hasta más de 1.000 millones para California.
REDES SOLIDARIAS DESBORDADAS
Ante la ausencia de asistencia federal, bancos de alimentos, iglesias y escuelas han comenzado a recibir filas de personas en busca de comida. En el Bronx (Nueva York), la iglesia Palabra de Vida atiende a cientos de nuevos solicitantes cada día.
“Esto es más que una crisis. Se puede ver la desesperación… se puede sentir”, declaró el reverendo John Udo-Okon.
En Connecticut, comedores comunitarios advierten que la demanda supera su capacidad: “La gente está nerviosa, asustada”, señaló Jill Corbin, directora de la organización San Vicente de Paúl.
IMPACTO SE EXTIENDE A SALUD Y TRANSPORTE
El cierre del Gobierno también ha afectado otros servicios esenciales:
- Los subsidios al Obamacare fueron detenidos y las primas subieron hasta un 25 % o incluso se duplicaron.
- Escasez de controladores aéreos provoca retrasos y cancelaciones de vuelos; más de 730.000 trabajadores federales esenciales continúan laborando sin sueldo.
BATALLA JUDICIAL Y PRESIÓN POLÍTICA
Pese a que existían 3.000 millones de dólares en fondos de emergencia, la Administración Trump se negó a utilizarlos. Gobernadores demócratas cuestionaron la decisión.
“Negarse a usar estos fondos al acercarse Acción de Gracias es una cruel abdicación de responsabilidad”, afirmó Josh Stein, gobernador de Carolina del Norte.
El 31 de octubre, dos jueces federales ordenaron al Gobierno restituir la ayuda alimentaria. Una corte incluso señaló que, en caso de insuficiencia, el Ejecutivo podía recurrir a un fondo adicional de 23.000 millones de dólares.
Sin embargo, Trump respondió que los fallos eran “contradictorios” y pidió aclaraciones a los tribunales, extendiendo la incertidumbre.
🚨 NO es ni en Cuba ni en Venezuela, es en Estados Unidos en donde más de 42 Millones de Personas podrían quedarse sin comida por el cierre de gobierno
Claro que eso no le importa a Trump que anda en Florida haciendo fiestas millonarias de Halloween y gastando millones para… pic.twitter.com/NyhrsBM0zA
— La Catrina Norteña (@catrina_nortena) November 1, 2025






