El Papa Francisco ya tiene su lugar de descanso eterno. No será en la grandiosa necrópolis del Vaticano, sino en la Basílica de Santa María la Mayor, un templo que visitó decenas de veces, movido por su amor a la Virgen y su deseo de humildad.
Fiel a su estilo, Jorge Mario Bergoglio dejó todo previsto. En su testamento instruyó una sepultura sencilla, sin monumentos ni ataúdes ostentosos.
“He proporcionado instrucciones pertinentes a Rolandas Makrickas […] para transferir la suma correspondiente a la Basílica Papal de Santa María la Mayor”, escribió de puño y letra, asegurando que los costos de su funeral se cubrirían con una donación privada previamente asignada.
Lea también: Más de 60 mil fieles han ido a despedir al Papa Francisco
ADIÓS A LA «TRADICIÓN»
Rompiendo con siglos de costumbre papal, Francisco rechazó el uso de los tradicionales tres ataúdes (ciprés, plomo y roble). En su lugar, descansará en uno hecho de madera y zinc, más austero, pero cargado de simbolismo.
Dentro del féretro se han colocado objetos personales que retratan su vida espiritual. Un rosario, monedas acuñadas durante su pontificado y un compendio de sus principales encíclicas.
La tumba estará ubicada entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, cubierta por una losa de mármol blanco donde solo se leerá “FRANCISCUS”, acompañado por una reproducción en plata de su cruz pectoral.
UN LUGAR ESPECIAL
No es casual la elección del lugar. Francisco tenía una relación íntima con la Virgen Salus Populi Romani, cuya imagen se encuentra en la Capilla Paulina de Santa María la Mayor. Allí acudía a rezar antes y después de cada viaje apostólico. Su última visita fue en marzo, apenas días después de recibir el alta del hospital.
Ahora, esa misma Virgen lo acompaña en su descanso definitivo. La devoción mariana, tan presente en su vida, vuelve a marcar su camino.
PROCESIÓN
El sábado, tras la ceremonia en la Plaza de San Pedro, los restos del pontífice serán trasladados en procesión hasta la basílica romana. Se espera la presencia de figuras internacionales como Donald Trump o el rey Felipe VI, en una despedida sin excesos pero cargada de simbolismo.
Durante toda la semana, la Basílica de San Pedro ha permanecido abierta incluso en la noche, para permitir a decenas de miles de fieles darle el último adiós. Según el Vaticano, más de 61.000 personas ya desfilaron frente a su ataúd. La tumba podrá visitarse a partir del 27 de abril, anunció el portavoz Matteo Bruni.
Mientras tanto, operarios trabajan a contrarreloj en los últimos detalles del sepulcro, actualmente protegido por una valla de madera.
UN LEGADO QUE NO NECESITA MÁRMOL
El entierro de Francisco será también histórico: el primero de un Papa fuera del Vaticano desde León XIII, en 1903. Y su última decisión, coherente con todo lo que predicó en vida, marca un hito de sencillez y desapego material.
Más allá de su tumba de mármol sin adornos, su verdadero legado vive en su mensaje: los pobres primero, la humildad como fuerza, la fe como brújula.
El Vaticano ha difundido este jueves una fotografía de la tumba del Papa Francisco, realizada en mármol de Liguria (Italia), con la única inscripción “FRANCISCUS” y la reproducción de su cruz pectoral.
La tumba ha sido preparada en el nicho de la nave lateral, entre la Capilla… pic.twitter.com/S4KtvMo8El
— ACI Prensa (@aciprensa) April 24, 2025