Donald Trump volvió a cargar con fuerza contra el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. Esta vez no se anduvo con rodeos. Pidió su despido inmediato y lo acusó de arruinar los informes económicos. Todo, en medio de una nueva jugada del Banco Central Europeo (BCE), que decidió recortar los tipos de interés por séptima vez.
“El despido de Powell no puede esperar”, escribió Trump en su red social Truth Social. Según él, el titular de la FED “siempre llega demasiado tarde y se equivoca” y su último reporte fue “otro, típico y completo desastre”.
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GUERRA DE TASAS DE INTERÉS
El BCE bajó su tasa al 2,25%, mientras la Reserva Federal mantiene los tipos entre el 4,25% y el 4,5%. Trump considera que esa diferencia está perjudicando la competitividad de Estados Unidos. “Jerome Powell debería haber bajado los tipos de interés, como el BCE, hace tiempo, pero sin duda debería bajarlos ahora”, insistió.
La FED, sin embargo, se mantiene cautelosa. En su última reunión, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) no dejó señales claras de recortes en el corto plazo. Argumenta que necesita ver una desaceleración más consistente en la inflación, que en marzo se situó en un 2,4%.
UN CÓCTEL INTERNACIONAL
La presión no solo viene de los datos macroeconómicos. Las tensiones comerciales generadas por la propia política arancelaria de Trump siguen haciendo ruido. El presidente de la FED advirtió que esos aranceles podrían obligar a la entidad a elegir entre combatir la inflación o evitar un repunte del desempleo.
Por si fuera poco, China denunció “intimidación y coerción” por parte de Washington y prometió responder. Mientras tanto, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, viajó a la Casa Blanca con la idea de impulsar una eliminación mutua de aranceles industriales entre la UE y EE. UU.
Analistas coinciden en que Powell seguirá moviéndose con prudencia, a pesar de las embestidas políticas. Aunque el mandato de Powell termina en 2026, Trump parece decidido a hacerlo caer antes.
