El recién nombrado primer ministro de Francia, François Bayrou, ha recurrido este lunes al artículo 49.3 de la Constitución para aprobar el presupuesto general sin la aprobación del Parlamento.
Esta medida, considerada una maniobra arriesgada, ha provocado de inmediato la presentación de una moción de censura, aunque el Partido Socialista ha decidido no sumarse a la iniciativa.
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Bayrou, designado por el presidente Emmanuel Macron, ya había anticipado su intención de utilizar esta herramienta constitucional para aprobar tanto el presupuesto general como el de la Seguridad Social. Sin embargo, el uso del 49.3 otorga a los partidos opositores la posibilidad de presentar hasta dos mociones de censura contra el Gobierno, y así ha ocurrido.
Desde la tribuna de la Asamblea Nacional, el Primer Ministro reconoció que el proyecto de presupuesto “no es perfecto”, pero defendió que ha mantenido diálogos con todos los grupos políticos en las últimas semanas. Además, subrayó la gravedad de la situación: “Por primera vez desde la V República, nuestro país ha llegado a febrero sin un presupuesto aprobado”.
LA IZQUIERDA DIVIDIDA ANTE EL MOVIMIENTO DE CENSURA.
El partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), que forma parte del bloque opositor Nuevo Frente Popular (NFP), reaccionó de inmediato al discurso de Bayrou anunciando la presentación de una moción de censura.
“Este Gobierno ilegítimo debe caer”, publicó el partido en sus redes sociales, recordando que en diciembre lograron destituir al gabinete de Michel Barnier mediante una moción similar.
Sin embargo, a diferencia de aquella ocasión, el Partido Socialista ha decidido desmarcarse de la estrategia de sus aliados y no votará a favor de la moción. Para Jean-Luc Mélenchon, fundador de LFI, esta decisión implica que el Nuevo Frente Popular ha quedado reducido a una sola fuerza política.
La líder de LFI en la Asamblea, Mathilde Panot, insistió en que la votación servirá para evidenciar “quiénes realmente están en la oposición” y quiénes respaldan al presidente Macron.
EXPECTATIVA POR LA POSTURA DE LA ULTRADERECHA
La ultraderechista Agrupación Nacional, que utilizó un papel clave en la caída del gobierno de Barnier en diciembre, aún debe definir su postura ante la moción de censura. Según la legislación francesa, estas mociones deben debatirse en un plazo de 48 horas, por lo que el resultado final de la votación se conocerá el miércoles.
La crisis política en Francia se profundiza con este nuevo enfrentamiento entre el Gobierno y el Parlamento, en un contexto de crecientes divisiones en la oposición y de incertidumbre sobre el futuro de la administración de Emmanuel Macron.