Cristina Fernández de Kirchner regresó formalmente a la arena electoral el pasado lunes con un mensaje de alarma: “La patria está en peligro”. Con esa frase confirmó su candidatura a diputada provincial por la tercera sección electoral de Buenos Aires, uno de los bastiones históricos del movimiento. La elección tendrá lugar el próximo 7 de septiembre y representa para ella mucho más que una contienda local.
“¿Alguien concibe que si no nos va bien en el bastión del peronismo nos puede ir bien en las nacionales? Es sentido común. Además, ¿alguien pensó que si nos va mal en octubre nos puede ir mal a todo el país?”, planteó ante un auditorio repleto de dirigentes, en clara alusión al panorama incierto que enfrenta el oficialismo de cara a las elecciones legislativas nacionales de octubre.
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UN REGRESO CON TENSIÓN INTERNA
La decisión de Kirchner llega en un contexto de fractura dentro del peronismo. Algunos sectores todavía la consideran la figura central para liderar una reconstrucción, mientras otros respaldan al actual gobernador Axel Kicillof, distanciado políticamente de su antigua mentora. La falta de consenso entre ambos impide incluso acordar las listas de candidatos a nivel provincial y nacional.
La expresidenta eligió una jurisdicción que le garantiza un resultado favorable: la tercera sección de Buenos Aires, compuesta por 19 municipios del conurbano sur y oeste de la capital, con cinco millones de votantes. Su presencia allí asegura su retorno formal a la política activa, pese a una condena judicial por corrupción ratificada en segunda instancia.
EL DESAFÍO MILEI
La provincia de Buenos Aires quedó como único bastión relevante en manos del peronismo tras la derrota de 2023, cuando Javier Milei irrumpió con fuerza en el escenario político. Con el 40% del padrón nacional, perder ese distrito representaría un golpe casi terminal para el peronismo. Kirchner lo sabe. De allí que su postulación, aunque simbólica en términos institucionales, tiene una carga política enorme.
Mientras tanto, La Libertad Avanza, el partido de Milei, ya selló una alianza con el PRO en territorio bonaerense. Aunque reconocen que es difícil disputar La Matanza, un enclave kirchnerista, apuestan a ganar terreno en otros municipios, erosionando el dominio peronista en la región.
SIN AUTOCRÍTICA Y DARDOS AL OFICIALISMO
Durante su lanzamiento, Cristina Kirchner evitó cualquier balance sobre su último paso por el poder como vicepresidenta de Alberto Fernández. Prefirió apuntar contra el actual presidente. “Estamos con una derecha antiestado, muy cruel y un tanto esotérica”, afirmó, aludiendo sin nombrarla a Karina Milei, hermana y mano derecha del mandatario, conocida por su interés en el tarot.
“[Milei] es un marginal que se ocupa de los ricos. Esto ya lo vivimos en la dictadura, con el menemismo y en la Alianza. ¿Esto tiene posibilidades de durar? No”, sentenció Kirchner.
GIRO DISCURSIVO
En su aparición anterior, el 25 de mayo, ya había dado señales de un posible viraje discursivo. Allí, pidió “pasar del Estado presente al Estado eficiente”, y hasta se animó a cuestionar el modelo de sustitución de importaciones, uno de los pilares históricos de la política económica peronista.
Con esa redefinición ideológica, y ahora con su candidatura formalizada, Cristina Kirchner busca reagrupar fuerzas y retomar protagonismo en un escenario cambiante y adverso. Su objetivo es frenar el avance de la ultraderecha y mantener viva la influencia del peronismo en el corazón político del país.
🎥Este es el primer spot de Cristina Kirchner lanzando su candidatura como diputada bonaerense por la tercera sección electoral. Repasa toda su carrera política, pero no dice que fue vicepresidenta. pic.twitter.com/Rg6T5isgVh
— Enterate Noticias (@EnteratePlay) June 3, 2025