Cuba enfrenta este miércoles el mayor apagón registrado en 2025 y uno de los más graves de los últimos años: hasta el 57% del territorio nacional quedará sin electricidad de manera simultánea, según datos de la estatal Unión Eléctrica (UNE), cotejados por la agencia de noticias EFE.
La crisis energética, que ha ido en aumento en los últimos meses, ya había alcanzado déficits del 53% en jornadas anteriores, además de sufrir tres apagones generales prolongados.
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Actualmente, amplias zonas del país disponen de apenas cuatro horas diarias de suministro eléctrico, muchas veces en la madrugada. Incluso grandes ciudades como Santiago de Cuba enfrentan cortes extremos, mientras que en La Habana los apagones diarios pueden extenderse hasta cinco horas.
UN SISTEMA COLAPSADO: OFERTA INSUFICIENTE Y DEMANDA INSOSTENIBLE
La UNE estima que, durante el horario pico de la tarde y noche, la capacidad máxima de generación será de apenas 1.490 megavatios (MW), frente a una demanda proyectada de 3.290 MW. Esto dejará un déficit de 1.800 MW, mientras que la afectación real –es decir, los circuitos que se desconectarán para evitar un colapso total– alcanzará 1.870 MW.
El sistema eléctrico cubano se encuentra al borde del colapso. Actualmente, nueve de las 20 unidades termoeléctricas están fuera de servicio por averías o mantenimiento, al igual que 57 centrales de generación distribuida y dos plantas flotantes, estas últimas paralizadas por falta de combustible.
FALTA DE INVERSIÓN Y ESCASEZ DE COMBUSTIBLE
Según la UNE, los apagones se deben principalmente a dos factores:
- Déficit de combustible importado, ya que la isla depende de suministros externos y enfrenta dificultades para conseguir divisas para la compra de fueloil y diésel.
- Infraestructura obsoleta, con centrales termoeléctricas que datan de hace más de 40 años y que no han recibido inversiones significativas en décadas.
Cuba consume aproximadamente 8 millones de toneladas de combustible al año, pero solo produce tres millones. El gobierno destina más de 2.000 millones de dólares anuales a la compra de energía, con apoyo de aliados como Venezuela, Rusia y México.
El país cuenta con siete centrales termoeléctricas, construidas en su mayoría con apoyo soviético, que hoy operan con un alto nivel de deterioro. De sus 20 unidades generadoras, siete se encuentran fuera de servicio. Para paliar la crisis, el régimen ha alquilado centrales eléctricas flotantes, una solución costosa y contaminante que no resuelve el problema estructural.
UNA CRISIS SIN SOLUCIÓN A CORTO PLAZO
Expertos independientes coinciden en que el colapso energético es consecuencia de la falta de financiamiento crónico del sector, controlado por el Estado desde la revolución de 1959.
El deterioro de las plantas termoeléctricas y la paralización de otras infraestructuras han profundizado la crisis, que requiere una inversión estimada entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para modernizar el sistema eléctrico nacional, una cifra inalcanzable para el régimen.
Los constantes apagones han golpeado aún más la economía cubana, que se contrajo un 1,9% en 2023 y no creció en 2024. De acuerdo con las proyecciones oficiales, en 2025 la isla apenas podría alcanzar un crecimiento del 1%, manteniéndose por debajo de los niveles de 2019.
Cuba enfrenta así una de las peores crisis energéticas de su historia reciente, con un sistema eléctrico que, sin inversión urgente y estructural, seguirá al borde del colapso.
Crisis en Cuba: la isla registrará hoy el máximo de apagones en años, con el 57% del país sin corriente a la vez https://t.co/q299rWOIjh Populismo zurdo lamentable…
— Defendé la Democracia Hoy… (@sepuedeono) February 12, 2025