El mar Mediterráneo volvió a teñirse de tragedia este viernes cuando varios naufragios frente a las costas de Túnez cobraron la vida de al menos 35 migrantes, según informaron fuentes locales.
Los cuerpos se recuperaron gracias a la Guardia Costera tunecina, que continúa buscando a los desaparecidos, mientras los sobrevivientes relatan las penurias vividas en el mar.
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En los últimos días, la zona del Mediterráneo ha registrado un aumento alarmante de embarcaciones precarias que intentan cruzar hacia Europa, con frecuencia operadas por redes de tráfico humano.
Estos incidentes elevan el número de muertes en el Mediterráneo central a más de 1 800 en lo que va de 2025, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), consolidándolo como una de las rutas migratorias más letales del mundo.
A estos datos, se suma la información entregada por Unicef, que anunció el miércoles que más de 2.200 personas murieron en el Mediterráneo durante 2024.
MIGRANTES SIGUEN MURIENDO EN FRONTERAS EUROPEAS
Al respecto, el servicio de asistencia Alarm Phone dijo a CNN este jueves que “en los últimos días y semanas, muchos incidentes mortales ocurrieron a lo largo de las rutas migratorias en el Atlántico y el Mediterráneo”.
“Mientras la gente en Europa y en otros lugares disfruta de la temporada de vacaciones y las festividades de fin de año, las fronteras de Europa siguen matando. Lloramos a todos los que perdieron la vida y nos solidarizamos con sus seres queridos”, expresaron a través de un comunicado.
Los migrantes, en su mayoría provenientes del África, enfrentan condiciones extremas y peligros mortales en su travesía. Muchos parten desde la ciudad costera de Sfax, en Túnez, un punto estratégico para embarcar hacia las islas italianas, pero también un epicentro de operaciones clandestinas.
La comunidad internacional ha reaccionado con llamados urgentes para intensificar los esfuerzos de rescate y abordar las causas estructurales de la migración. Sin embargo, las soluciones siguen siendo insuficientes frente a la magnitud de la crisis.
Mientras tanto, los testimonios de los sobrevivientes subrayan la desesperación que impulsa estos viajes. “Sabíamos que era peligroso, pero no tenemos otra opción”, declaró un joven de Camerún rescatado en uno de los naufragios.