Un ciudadano de Uzbekistán es el principal sospechoso de matar a Ígor Kirílov, jefe de la defensa radiológica, química y biológica de Rusia, y a su asistente, Ilya Polikarpov, en un atentado explosivo en Moscú.
Así lo informó el Comité de Investigaciones ruso a través de un comunicado.
Ahí explicó que durante el interrogatorio el sospechoso afirmó haber sido «reclutado por las fuerzas especiales ucranianas».
Por ese motivo llegó a Moscú y le entregaron un artefacto explosivo que colocó en un patinete eléctrico estacionado cerca de la puerta del edificio donde vivía el general Kirílov, agregó.
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El sospechoso también arrendó un auto que estacionó cerca del edificio, y en él instaló una cámara de vigilancia de los movimientos del jefe de defensa de Rusia.
La grabación trasmitió «en tiempo real a los organizadores del atentado, a la ciudad de Dnipró», en el centro de Ucrania, detalló el comunicado.
Cuando el general y su asistente salieron del edificio, en un barrio residencial de Moscú, el sospechoso activó a distancia el aparato explosivo, añadió.
Se le prometió «una remuneración de cien mil dólares» y la posibilidad de radicarse «en un país europeo», dijo el uzbeko a los investigadores.
ACUSACIONES CRUZADAS
El general Igor Kirílov, de 54 años, fue sancionado en octubre por Reino Unido por supuestamente enviar armas químicas para su uso en Ucrania.
Es el más alto cargo militar ruso en ser asesinado desde el inicio de la ofensiva militar de Rusia contra Ucrania, en febrero de 2022.
Kiev reivindicó su asesinato a través de una fuente de los servicios de seguridad ucranianos (SBU), que el lunes acusaron al general de «crímenes de guerra».
Al su vez, el Kremlin acusó este miércoles a Kiev de «acto de terrorismo».
«Está claro quién encargó este acto de terrorismo. Y se demuestra una vez más que el régimen de Kiev no se priva de métodos terroristas», declaró el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.