Internacional

Ecuador: derrame de petróleo causa desastre ecológico

Editado de agencias y medios internacionales por Cristian Navarro H.

Periodista

Ecuador
Foto: Publicada en X por @dw_espanol
El crudo se esparció por los ríos Caple, Viche y Esmeraldas, alcanzando incluso el océano Pacífico.

Ecuador enfrenta uno de los peores desastres ecológicos de las últimas décadas. El pasado 13 de marzo, un deslizamiento de tierra en el sector El Vergel, en el cantón Quinindé (provincia de Esmeraldas), provocó la ruptura de una tubería del Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE), operado por la empresa estatal Petroecuador. Como consecuencia, más de 25.000 barriles de crudo se derramaron, afectando gravemente a los ecosistemas locales.

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El crudo se esparció por los ríos Caple, Viche y Esmeraldas, alcanzando incluso el océano Pacífico. La magnitud del derrame obligó al Gobierno ecuatoriano a declarar emergencia ambiental en la provincia costera de Esmeraldas el 15 de marzo.

CONFUSIÓN Y CONTRADICCIONES OFICIALES

Durante casi dos semanas, la información oficial fue imprecisa y contradictoria. La ministra de Energía, Inés Manzano, inicialmente atribuyó la ruptura del oleoducto a un acto de sabotaje, afirmación que fue desmentida por Petroecuador, que señaló como causa un deslizamiento de tierra.

Tampoco hubo claridad en cuanto al volumen del derrame. Manzano habló de 3.800 barriles, pero la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos elevó la cifra a 25.116 barriles, dato que finalmente fue confirmado por Petroecuador el 25 de marzo.

CONTENCIÓN TARDÍA Y DAÑOS AMBIENTALES

Pablo Pérez, jefe de Seguridad, Salud y Ambiente de Petroecuador, aseguró que la empresa activó su plan de contingencia de forma inmediata, con la instalación de diques, barreras de contención y el despliegue de tanques en el área marítima. Sin embargo, organizaciones como Acción Ecológica denuncian que las acciones no fueron oportunas, lo que permitió que el crudo se expandiera sin control.

“Tenemos testimonios de habitantes locales que aseguran que, al día siguiente del accidente, el petróleo aún no había llegado al río Viche. Eso indica que pudo haberse contenido, pero no se actuó con la rapidez necesaria”, señaló Alexandra Almeida, vocera de la ONG.

Petroecuador sostiene lo contrario y atribuye la rápida propagación del crudo a la ubicación en ladera del oleoducto y a las fuertes lluvias que incrementaron el caudal de los ríos.

MANGLARES Y PLAYAS BAJO AMENAZA

El petróleo llegó al Refugio de Vida Silvestre Manglares Estuario Río Esmeraldas, un área protegida vital para la biodiversidad y la protección costera. El Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica declaró la emergencia ambiental en el refugio el 23 de marzo, advirtiendo que el desastre también implica una crisis social y económica.

Dentro del área protegida solo se habían colocado dos barreras de contención, lo que se considera insuficiente. El ministerio solicitó medidas urgentes para evitar que el crudo alcance otras zonas sensibles como la Reserva Ecológica Manglares Cayapas Mataje y el Refugio Estuario Río Muisne. Petroecuador, sin embargo, advirtió que el uso de más barreras podría ser contraproducente en un entorno tan frágil.

IMPACTO HISTÓRICO

El derrame de El Vergel se sitúa entre los más graves en la historia del país. Solo ha sido superado por el desastre de 1987, cuando un terremoto rompió el oleoducto y se derramaron más de 57.000 barriles de crudo. En comparación, el evento supera ampliamente otros derrames registrados en 2009, 2013 y 2020, todos por debajo de los 16.000 barriles.

Entre 2012 y 2021 se registraron más de 1.200 derrames en Ecuador, y solo en el SOTE se han contabilizado 77 roturas desde su construcción hace 52 años.

En el contexto regional, este derrame también supera al ocurrido en Perú en 2022, cuando la empresa Repsol vertió 11.900 barriles al mar. Rony Parra, director del Instituto de Investigaciones Hidrocarburíferas de la Universidad Central de Ecuador, recuerda que en octubre de 2024 aún se combatían los efectos de ese derrame en Perú. “Las consecuencias duran años y, en el caso de Ecuador, dependerá de la magnitud del impacto”, afirmó.

UN DESASTRE CUYAS CONSECUENCIAS APENAS COMIENZAN

El verdadero impacto ambiental y social de este derrame solo podrá evaluarse con el tiempo. Mientras se realiza una valoración biótica completa, lo evidente es que la contaminación ha afectado el acceso al agua potable de más de 500.000 personas y ha puesto en riesgo ecosistemas clave.

Las secuelas del derrame en Esmeraldas marcarán profundamente a la región, y su recuperación tomará años.

 

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