En su afán de «proteger la industria nacional y reducir la dependencia de importaciones» de Estados Unidos, hoy entraron en vigencia los aranceles anunciados por la Administración del presidente Donald Trump a productos de madera y muebles importados.
Se trata de 10% sobre todas las importaciones de madera aserrada y madera blanda, y 25% sobre ciertos muebles de madera tapizados, como sofás y sillones. También, 25% sobre gabinetes de cocina y tocadores importados, incluyendo piezas clave para su fabricación.
Desde la industria chilena llamaron a las autoridades locales «a actuar con urgencia y en estrecha colaboración con gremios sectoriales como Corma, para coordinar una estrategia que combine diplomacia comercial y medidas internas».
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Rodrigo O’Ryan, presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), dijo en Emol que «todo esto ocurre en un momento crítico para el sector, especialmente las Pymes, que ya enfrentan la menor disponibilidad de madera por incendios y la ausencia de una política de fomento, una baja en la demanda interna, y un alza sostenida en los costos estructurales».
AUMENTOS PROGRESIVOS
Los aranceles a la madera fueron anunciados por la Casa Blanca a fines de septiembre de 2025 y contemplan aumentos progresivos a partir de enero de 2026.
Estarán eximidos de esta norma el Reino Unido, la Unión Europea y Japón, que mantendrán tarifas que oscilan entre el 10% y el 15%.
La medida fue respaldada por gigantes de la industria estadounidense como la Coalición de la Madera (asociación que representa a productores de madera), y la Alianza Americana de Gabinetes de Cocina.
Por el contrario, empresas importadoras advirtieron que podrían aumentar precios y generar escasez de ciertos muebles en el mercado estadounidense, debido a la gran dependencia de productos de bajo costo desde países como China y Vietnam.
A esto se suma que el viernes pasado Trump amenazó con aumentar en 100% de aranceles a todos los productos chinos, en respuesta a los controles de exportación que China implementará a partir de noviembre y que para el republicano es una «acción agresiva» para restringir el acceso a tierras raras estratégicas.
