Este miércoles 20 de noviembre, Estados Unidos vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto el fuego inmediato, incondicional y permanente en Gaza.
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Washington argumentó que la propuesta no vinculaba directamente la tregua a la liberación de los 101 rehenes en manos de Hamás, lo que, según el Gobierno estadounidense, es una condición indispensable para poner fin a las hostilidades.
POSTURA DE EE.UU.: LIBERAR A LOS REHENES ES PRIORIDAD
Robert Wood, representante adjunto de EE. UU. UU. ante la ONU, justificó el veto afirmando que “el fin duradero de la guerra debe ir acompañado de la liberación de los rehenes”.
Añadió que apoyar una resolución sin esta condición podría enviar un mensaje erróneo a Hamás, desincentivando las negociaciones.
CRÍTICAS Y REACCIONES INTERNACIONALES
El veto de EE.UU. Generó fuertes críticas desde diferentes frentes. Hamás acusó a Washington de ser “directamente responsable” de la “guerra genocida” en Gaza.
Por su parte, el enviado palestino ante la ONU, Majed Bamya, denunció que “no hay justificación” para bloquear una resolución que busca detener las atrocidades.
Otros miembros del Consejo de Seguridad, como China y Rusia, condenaron el veto. Fu Cong, embajador chino, dijo que condicionar el alto el fuego equivale a aprobar la continuación de la guerra.
LA OFENSIVA ISRAELÍ CONTINÚA CON NUEVAS VÍCTIMAS
Mientras se rechazaba la resolución en Nueva York, Israel intensificó sus ataques aéreos y terrestres en Gaza, causando al menos 33 muertos en las últimas horas.
Entre las víctimas, 12 murieron en un ataque contra una vivienda en Jabalia, mientras que el hospital Kamal Adwan fue bombardeado, dejando pacientes sin atención médica debido a la falta de recursos y personal.
UNA CRISIS HUMANITARIA SIN PRECEDENTES
La ofensiva en Gaza ha provocado casi 44.000 muertes y ha desplazado al 90% de la población, según el Ministerio de Salud local. En medio de la devastación, la ONU y organizaciones humanitarias siguen denunciando el bloqueo del acceso a alimentos, agua y ayuda médica en el enclave palestino.
Con este veto, el cuarto de Estados Unidos en relación con Gaza, el Consejo de Seguridad pierde nuevamente la oportunidad de promover un alto el fuego, dejando en evidencia las divisiones internacionales ante un conflicto que continúa cobrándose millas de vidas civiles.
