Estados Unidos ha puesto sobre la mesa una exigencia sin precedentes para sus socios en la OTAN: un aumento del gasto en defensa hasta el 5% del PIB, una cifra que multiplica por más del doble el compromiso actual. El mensaje, transmitido por el embajador estadounidense ante la Alianza Atlántica, Matthew Whitaker, llega en la antesala de la reunión de ministros de Defensa de la organización y a pocas semanas de la cumbre en La Haya.
“Cada aliado debe comprometerse a invertir al menos el 5%”, afirmó el diplomático en una videollamada con periodistas. Lo hizo en nombre de la administración de Donald Trump, que ha endurecido su postura con los socios europeos. Según Whitaker, no se trata de una sugerencia ni de una meta negociable, sino de un punto de partida.
EL DILEMA EUROPEO
El anuncio ha generado fricciones internas en la Alianza. España, por ejemplo, se ha mostrado reacia a aceptar cifras impuestas y prefiere evitar compromisos explícitos. “Ese tipo de cálculos son políticos y buscan satisfacer a Trump”, sostienen fuentes diplomáticas españolas.
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El secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte, ha propuesto una fórmula intermedia para facilitar el consenso: elevar el gasto directo en defensa al 3,5%, y destinar el 1,5% restante a seguridad en sentido amplio. Esta propuesta gana apoyos, pero Washington aún no ha confirmado si la respaldará.
APOYO DESIGUAL
Algunos países ya se alinean con el planteamiento estadounidense. En una declaración emitida esta semana desde Vilnius (Lituania), 14 países, en su mayoría del norte y este de Europa, se comprometieron a trabajar hacia el umbral del 5%. La lista incluye a Polonia, Rumania, los países bálticos, Hungría y los nórdicos, entre otros. Alemania también ha expresado su intención de seguir a EE.UU., aunque sin definir plazos.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha planteado una meta del 3,5%, pero ha rechazado la carrera de cifras: “No me gusta este debate entre aliados que solo se fijan en los números. Hay países que han hecho sacrificios reales y merecen respeto”, declaró desde Tirana.
El Reino Unido, bajo el liderazgo del primer ministro Keir Starmer, ha prometido llegar al 2,5% entre 2027 y 2028, con el objetivo de alcanzar el 3% en el futuro, aunque sin fechas concretas.
LA HAYA
El debate sobre los nuevos objetivos presupuestarios será uno de los temas centrales en la cumbre de la OTAN del 24 y 25 de junio en La Haya, donde los líderes de los países miembros deberán acordar no solo la cifra final, sino también un calendario para alcanzarla antes de 2032. Este horizonte temporal ya genera desacuerdo: mientras algunos consideran que es demasiado lejano, otros lo ven como necesario para planificar con coherencia.
Whitaker aseguró que Estados Unidos no aceptará otro compromiso tan laxo como el alcanzado en Gales en 2014, cuando los países acordaron llegar al 2% en una década. “No hay tiempo ilimitado. No podemos permitirnos que, una vez más, se incumpla lo prometido durante diez o once años”, advirtió el diplomático.
PRESIÓN CRECIENTE
La insistencia de Washington refleja un cambio estructural en la política de defensa transatlántica. En un entorno marcado por la guerra en Ucrania y la creciente tensión con Rusia, la administración Trump pretende forzar a sus aliados a asumir mayores responsabilidades financieras y estratégicas.
Rutte, en su última intervención pública, dejó claro que el 2% pactado en Gales ya es insuficiente y que es momento de “ir más lejos y más rápido”. Reconoció, sin embargo, que la fórmula final aún está en discusión. “Este jueves se sentarán las bases de un acuerdo ambicioso”, señaló en la víspera de la reunión de ministros.
Mientras tanto, España y otros países del sur de Europa mantienen una postura cautelosa, a la espera de que se definan las condiciones concretas.
