El secretario de Estado, Marco Rubio, encendió una nueva chispa en la ya volátil relación entre Estados Unidos y China. El pasado martes, anunció que la administración federal comenzará a revocar visados de estudiantes chinos con supuestos lazos con el Partido Comunista o que cursen carreras estratégicas para la seguridad nacional.
«Colaboraremos con el Departamento de Seguridad Nacional para revocar enérgicamente los visados de estudiantes chinos», afirmó Rubio a través de su cuenta oficial en X. El funcionario señaló que la medida busca proteger intereses sensibles de EE.UU. y se aplicará también a ciudadanos de Hong Kong.
Las nuevas directrices forman parte de una política más amplia impulsada por la Casa Blanca para limitar la influencia de China en territorio estadounidense. A esto se suma la suspensión inmediata de nuevas entrevistas de visa en embajadas y consulados, mientras se desarrollan filtros más estrictos para los solicitantes, especialmente en lo que respecta al uso de redes sociales.
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HARVARD, EN EL CENTRO DE LA TORMENTA
La decisión llega en medio de un choque con la Universidad de Harvard, institución a la que el gobierno de Donald Trump prohibió admitir estudiantes extranjeros durante el ciclo académico 2025-2026. De acuerdo con la Casa Blanca, la decisión se toma por las recientes protestas propalestinas en el campus. Acción que consideran como «incompatibles con los valores nacionales».
Trump respaldó la medida y fue más allá. Exigió que Harvard reduzca la proporción de estudiantes internacionales del 25% actual al 15%. Además, la universidad sufrió un recorte de más de 2.600 millones de dólares en subsidios federales, una clara señal de presión para que modifique sus políticas internas.
PEKÍN REACCIONA
El gobierno chino reaccionó con una condena pública. En una rueda de prensa en Pekín, la vocera de Exteriores, Mao Ning, expresó una «firme oposición» a la decisión de Washington y denunció que Estados Unidos «utiliza la seguridad nacional como excusa para cancelar irrazonablemente las visas de los estudiantes chinos».
«La parte estadounidense dañó gravemente los derechos e intereses legítimos de nuestros ciudadanos», aseguró Mao, quien acusó a Washington de aplicar políticas «discriminatorias» que contradicen los principios de apertura y libertad académica que históricamente promovió.
UNIVERSIDADES EN ALERTA
Las medidas generan un clima de tensión en instituciones que dependen de los estudiantes internacionales para mantener su funcionamiento. Según cifras oficiales, más de 1,1 millones de estudiantes extranjeros cursaron estudios en Estados Unidos el año pasado. De ellos, alrededor de 277.000 eran de nacionalidad china.
Universidades como Northeastern, que alberga a más de 20.000 estudiantes internacionales, ya han activado planes de contingencia ante posibles cancelaciones o demoras en los trámites migratorios. Renata Nyul, portavoz de la institución, confirmó los preparativos, aunque evitó dar detalles específicos.
REDES SOCIALES
Desde 2019, los solicitantes de visa deben informar sus perfiles de redes sociales en los formularios del Departamento de Estado. Sin embargo, el reciente cable diplomático sugiere que las evaluaciones serán mucho más exhaustivas a partir de ahora, con un uso intensivo de herramientas tecnológicas y monitoreo de actividades en línea.
En febrero, varios estudiantes enfrentaron procesos de deportación tras participar en protestas contra la guerra entre Israel y Hamas. Aunque las autoridades revirtieron las medidas, ampliaron los motivos por los cuales un extranjero puede perder su visa académica.
SE AGRIETA EL PUENTE ACADÉMICO
China fue durante años uno de los principales socios académicos de Estados Unidos. Para muchos estudiantes chinos, formarse en universidades como Harvard representaba una puerta de acceso a oportunidades globales. Hoy, ese puente comienza a mostrar grietas.
“Estas acciones de EE.UU. han mermado el interés de los estudiantes chinos por labrarse un futuro académico en el país”, publicó el diario estatal Global Times, mientras en redes sociales chinas se multiplican los mensajes de estudiantes que expresan su miedo y desilusión.
“El intercambio entre personas es fundamental”, recordó Justin Yifu Lin, ex economista jefe del Banco Mundial. “Comprenderse mutuamente podría ser la base de unas buenas relaciones”.