El presidente de Bolivia, Luis Arce, decretó este miércoles emergencia nacional para hacer frente a los devastadores efectos de las intensas lluvias que azotan al país desde finales de noviembre de 2024.
Según las autoridades, las lluvias han causado, al menos, 51 muertes y han afectado a más de 368,000 familias. Muchas de ellas han perdido sus viviendas debido a las inundaciones, derrumbes y desbordes de ríos.
Las lluvias, que no se habían registrado con tal intensidad en más de 40 años, han impactado a todo el país. En total, 99 municipios, de 342, han sido declarados en desastres. El presidente Arce reconoció la magnitud de la crisis y expresó que el país atraviesa una situación complicada.
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PLAN DE RESPUESTA
Con la declaratoria de emergencia, el gobierno busca agilizar la atención de los desastres y coordinar los esfuerzos de recursos técnicos, logísticos y económicos para las áreas afectadas.
Recientemente, la Asamblea Legislativa aprobó un crédito de 75 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento (CAF) para la atención de los desastres. Mientras que un crédito de 250 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está en proceso de aprobación.
La alerta roja emitida por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) permanece activa hasta el 5 de abril debido a la posibilidad de más inundaciones y desbordes de ríos.
En respuesta, el gobierno de Arce convocó a los gobernadores del país a una reunión extraordinaria para coordinar acciones de emergencia y apoyo en los zonas más afectadas.
DESASTRE EN DIVERSAS REGIONES
Las lluvias han provocado daños significativos en diversas áreas del país, desde la zona occidental, donde se han producido desbordes de ríos y deslizamientos de tierra, hasta las regiones rurales, donde los cultivos se han visto gravemente afectados.
En Santa Cruz, la principal región agrícola de Bolivia, se ha declarado alerta roja en 32 municipios debido a la inminente amenaza de inundaciones. El Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del Río Piraí (Searpi) informó que más de 101,000 hectáreas de cultivos han sido arrasadas por las riadas.
En la zona urbana, como en La Paz, los deslizamientos de tierra han revelado graves problemas de planificación urbana y de regulación en las zonas de construcción.
En Bajo Llojeta, un deslizamiento de lodo sepultó más de 40 viviendas en noviembre, causando la muerte de una menor de edad. Semanas después, el barrio Codavisa tuvo que ser evacuado debido al riesgo de un colapso en la infraestructura.
IMPACTO EN LA POBLACIÓN MÁS VULNERABLE
El desastre ha tenido un impacto devastador en las zonas rurales, donde los campesinos y productores pequeños han perdido sus cultivos. Según el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, estos fenómenos naturales están afectando especialmente a la población más pobre, que depende de la agricultura para su sustento. “Estos daños son irreparables”, afirmó Calvimontes.
A lo largo de los últimos meses, se han desplegado más de 4,000 militares para apoyar en las tareas de rescate y entrega de ayuda humanitaria. Además, se han movilizado brigadas médicas y programas de salud para atender a los afectados.
LA LLUVIA SE PROLONGA
La temporada de lluvias normalmente termina a finales de marzo. Sin embargo, los pronósticos del Senamhi indican que las lluvias en Bolivia podrían prolongarse hasta la primera semana de abril, lo que aumenta el riesgo de más desastres en las próximas semanas.
Con la emergencia nacional decretada, el gobierno boliviano continúa luchando para mitigar los efectos de una de las peores temporadas de lluvias en décadas.
🇧🇴⛈ Las recientes lluvias que se han registrado en Bolivia no acontecían con el nivel actual desde hace 40 años, según informó el presidente Luis Arce al declarar la emergencia nacional. De acuerdo con el mandatario, la afectación alcanza a los nueve departamentos del país, es… pic.twitter.com/6uyrt7qtsv
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) March 26, 2025