El alemán Christian Brückner, principal sospechoso de la desaparición en Portugal de la niña británica Madeleine McCann, salió en libertad tras pasar siete años en una cárcel.
El hombre, de 48 años, fue condenado en 2019 por la Audiencia Provincial de Braunschweig (al este de Hannover) a 7,5 años de prisión por la violación en 2005 -también en Portugal- de una mujer estadounidense que entonces tenía 72 años.
El año pasado fue absuelto en otro proceso relacionado con cinco presuntos ataques sexuales. La Fiscalía apeló la sentencia, que aún está en tramitación.
Los investigadores alemanes y la fiscalía sospechan que Brückner es el presunto asesino de Madeleine ‘Maddie’ McCann, la niña británica que tenía tres años cuando desapareció en mayo de 2007 desde un complejo vacacional de apartamentos en Praia da Luz.
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En junio de 2020, la Fiscalía de Braunschweig informó de que partía de la base de que la niña había muerto y que había un sospechoso, pero no pudo reunir en todo este tiempo las pruebas necesarias para llevar a Brückner a juicio.
Éste, según los investigadores germanos, había vivido anteriormente por un tiempo en Portugal. Allí, según se supo, se dedicaba a trabajos ocasionales y a cometer robos, por ejemplo, en hoteles y complejos turísticos.
Tiene antecedentes penales, entre otros, por abuso sexual infantil y posesión de material pornográfico infantil y de drogas.
Para su abogado defensor, hay una “campaña masiva de prejuzgamiento”, dado que no había, ni hay, ninguna acusación formal y rige la presunción de inocencia.
De todos modos, según el semanario ‘Der Spiegel’ Brückner deberá llevar una tobillera electrónica y presentarse regularmente ante la oficina de supervisión y ante la asistencia de libertad condicional. También se le retiró el pasaporte para que solo pueda moverse dentro de Alemania.
«SÍ, NO GRITÓ»
Brückner fue acusado de estar relacionado con la desaparición de la Madeleine McCann por un excompañero de la época en que vivió en Portugal y se transformó en el principal sospechoso de ello.
Helge B. declaró que cuando él le comentó lo extraño que resultaba que la niña hubiera desaparecido sin dejar rastro, Brückner respondió: “Sí, no gritó”.
De acuerdo con la investigación, su teléfono móvil estuvo conectado hasta poco antes de la desaparición de Maddie a una antena en Praia da Luz, aunque no encontraron ninguna prueba de que hubiera estado en la escena del crimen.







