El Gobierno de Japón dio inicio este jueves 24 al proceso un proceso de vertimiento de aguas de Fukushima al océano pacífico. El agua ha sido previamente tratada, a través de un sistema avanzado de procesamiento de líquidos que elimina la mayoría de los radionúclidos, excepto el tritio.
Las reacciones sobre el heco han sido variadas: ayer China anunció que bloqueará las importaciones de productos marinos de Japón; y hoy Estados Unidos lo felicita por haber sido «abierto» y «transparente».
Recordemos que la medida cuenta además con la aprobación del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Para Estados Unidos, Japón «ha tratado de gestionar de forma responsable la central de Fukushima Daiichi y la liberación de agua tratada, coordinándose proactivamente con científicos y socios de toda la región del Indo-Pacífico, así como con el OIEA», indicó en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
En el mismo documento se señaló que desde el país norteamericano, «acogemos con satisfacción la transparencia y el compromiso continuos de Japón con la OIEA, así como con las partes interesadas regionales».