Internacional

Europa en alerta por ejercicios ruso-bielorrusos en Minsk

Editado de agencias y medios internacionales por Cristian Navarro H.

Periodista

Rusia
Foto: Publicado en X por @ElRadardeCesar
El presidente Alexander Lukashenko, en el poder hace más de tres décadas, ha autorizado el estacionamiento de armas nucleares rusas en su territorio

Rusia y Bielorrusia iniciaron este viernes el ejercicio militar conjunto “Zapad 2025” (“Occidente 2025”), una operación que involucra a miles de soldados y que se extenderá hasta el martes. Las maniobras buscan exhibir tanto la alianza estratégica entre Moscú y Minsk como la capacidad bélica rusa en el marco de la guerra contra Ucrania, que ya se prolonga por más de tres años.

El despliegue ocurre pocos días después de que drones rusos ingresaran en el espacio aéreo polaco, incidente que generó alarma en Europa. Aunque Moscú negó haber apuntado a Polonia y Bielorrusia atribuyó el hecho a una desviación de ruta, líderes europeos lo calificaron como una provocación deliberada que obligó a la OTAN a considerar una amenaza directa en su territorio.

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La tensión se replica en Kiev y en los países bálticos, que ven con recelo la repetición de un patrón: en 2022, antes de la invasión a Ucrania, tropas de Rusia  ya habían ingresado desde Bielorrusia tras maniobras similares.

ESCENARIOS Y ARMAS EN JUEGO

Según Minsk, alrededor de 13.000 efectivos participarían en los ejercicios, aunque en mayo se anunció que la cifra se reduciría a la mitad y que gran parte de las operaciones se realizarían tierra adentro. El ministro de Defensa bielorruso, Viktor Khrenin, precisó que la mayoría de las maniobras se concentran en Barysaw, al noreste de la capital, pero admitió que pequeñas unidades actuarán en sectores próximos a Polonia y Lituania.

Los soldados entrenarán en la “planificación del uso” de armas nucleares tácticas rusas y del nuevo misil Oreshnik, de alcance intermedio y con capacidad nuclear, que Moscú prometió desplegar en Bielorrusia en la segunda mitad de 2025.

UN ALIADO BAJO PRESIÓN

El presidente Alexander Lukashenko, en el poder hace más de tres décadas, ha autorizado el estacionamiento de armas nucleares rusas en su territorio. Sin embargo, en paralelo, ha ensayado gestos de acercamiento a Occidente: liberación de presos políticos, conversaciones telefónicas con Donald Trump y, recientemente, la excarcelación de 52 opositores a cambio del levantamiento parcial de sanciones por parte de Estados Unidos.

Pese a esos gestos, el pacto firmado en diciembre entre Moscú y Minsk blinda a Bielorrusia con garantías de seguridad que incluyen el eventual uso de armas nucleares rusas. Para los vecinos europeos, ese compromiso, sumado al despliegue de Zapad 2025, refuerza la percepción de una amenaza creciente en la frontera oriental de la OTAN.

 

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