James Comey, exdirector del FBI y uno de los principales adversarios políticos de Donald Trump, se declaró este miércoles inocente de los cargos de mentir al Congreso y obstrucción de la justicia. Compareció en una vista preliminar ante un tribunal federal en Alexandria, Virginia, donde un gran jurado formalizó la acusación a petición del Departamento de Justicia.
Las imputaciones se basan en una declaración que Comey entregó bajo juramento ante el Senado en septiembre de 2020. El caso se presentó pocos días después de que el presidente Trump exigiera públicamente llevarlo ante la justicia, pese a que los fiscales originales habían determinado que no existían pruebas suficientes para sustentar un delito.
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JUICIO EN ENERO Y OFENSIVA LEGAL
Tras declararse no culpable, el exdirector del FBI, de 64 años, quedó citado a juicio con jurado el próximo 5 de enero. Su defensa anunció que impugnará el nombramiento de Lindsey Halligan, la fiscal a cargo del caso, por su cercanía con Trump: fue su abogada personal y asesora en la Casa Blanca antes de asumir la investigación apenas cuatro días antes de la imputación.
Halligan reemplazó al fiscal Erik Siebert, quien dimitió tras negarse a acusar a Comey por falta de pruebas. Trump reaccionó furioso y presionó a la secretaria de Justicia, Pam Bondi, para que “se moviera YA” contra su antiguo enemigo. Halligan, sin experiencia previa como fiscal, llevó de inmediato el caso ante un gran jurado, que aprobó dos de los tres cargos propuestos.
RAÍCES EN LA INVESTIGACIÓN RUSA
Las acusaciones se remontan a la audiencia del 30 de septiembre de 2020, cuando Comey negó haber autorizado filtraciones sobre la investigación de los presuntos vínculos entre la campaña de Trump y funcionarios rusos en 2016. El exdirector, designado por Barack Obama y de tendencia republicana, había ganado notoriedad al reabrir la pesquisa sobre Hillary Clinton poco antes de las elecciones, un gesto que perjudicó a la candidata demócrata y que entonces fue celebrado por Trump.
Sin embargo, la relación se quebró rápidamente. Trump despidió a Comey pocos meses después de asumir la presidencia, justo cuando este anunció una investigación sobre los contactos entre su entorno y Moscú. La destitución provocó el nombramiento de Robert Mueller como fiscal especial, quien documentó múltiples contactos entre la campaña republicana y funcionarios rusos, aunque sin probar una conspiración criminal.
Desde entonces, Comey se ha convertido en un crítico abierto de Trump, al que considera “moralmente inadecuado” para el cargo. El expresidente, por su parte, califica la investigación rusa de “caza de brujas” y ha hecho de Comey un blanco político permanente.
James Comey and I were charged with the exact same crimes . Why did 29 heavily armed FBI agents storm my home at 6 AM to arrest me after tipping off CNN while James Comey still has not voluntarily surrendered for his arrest and has until October 9 to do so? pic.twitter.com/Vr3BL5KNNY
— Roger Stone (@RogerJStoneJr) September 28, 2025