El sacerdote y filósofo peruano Gustavo Gutiérrez, considerado como el padre de la Teología de Liberación, una corriente de pensamiento cristiano centrado en la dignidad de los pobres, falleció a los 96 años en Lima, según informó Provincia de los Dominicos en el Perú.
Gutierrez, que había dedicado toda su vida a la reflexión teológica sobre la justicia social y la dignificación de las personas con pocos recursos, dejó un legado imborrable en el ámbito religioso y social en toda América Latina.
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«La Provincia Dominicana de San Juan Bautista del Perú lamenta informar que el día de hoy, 22 de octubre de 2024, ha partido a la Casa del Padre nuestro querido hermano, Gustavo Gutiérrez Merino», indicó la orden religiosa, a la que era parte desde el 2001.
Agregaron. «Pedimos sus oraciones para que nuestro querido hermano goce de la vida eterna».
Con profundo dolor, comunicamos que esta noche ha partido nuestro querido amigo y fundador Gustavo Gutiérrez.
Su obra y trabajo en favor de los pobres y los más descartados de la sociedad seguirá iluminando el camino de la Iglesia por un mundo más justo y fraterno. pic.twitter.com/JsCy9qF8xH
— Bartolo (@BartoloIBC) October 23, 2024
Su lucha por la justicia social
Gustavo Gutiérrez nació el 8 de junio de 1928, en Lima, en una familia de escasos recursos económicos, que constantemente fue marginada por la sociedad.
En su infancia, padeció de osteomielitis –inflamación del hueso ocasionada por una infección–, por lo que desde muy pequeño tuvo la obligación de utilizar elementos ortopédicos para desplazarse. Tiempo después, la suplió por la silla de ruedas. Esta situación, le hizo generar una sensibilidad distinta hacia las personas más vulnerables
Mientras era miembro de la Acción Católica, realizó estudios de medicina y letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú, donde incursionaría primitivamente en la teología.
Al mismo tiempo, comenzó con sus estudios religiosos en varias universidades de Europa.
Años después, el sacerdote Gutierrez fue catedrático para casas de estudio de todo el mundo: Michigan, Cambridge, Montreal, Harvard, Berkeley, Sao Paulo, Sophia (Tokio), entre muchas más.
Ahora bien, su popularidad y amor por los más desprotegidos llevó a ser uno de los teólogos más perseguidos por el pontificado de Juan Pablo II.
Pese a todo y al enterarse de esta situación, el cardenal de Lima, Carlos Castillo, llenó de elogios a Gutierrez y lo catalogó como “un defensor incansable de la ‘opción preferencial por los pobres’, frase que él acuñó y que se integró al Magisterio de la Iglesia como un camino fundamental para vivir nuestra fe”.
