Luna-25, primera sonda lanzada por Rusia hacia la Luna desde 1976, chocó contra la superficie lunar tras un problema ocurrido el sábado durante una maniobra previa a su alunizaje, anunció la agencia espacial Roscosmos.
Tras «el impulso para formar su órbita elíptica de prealunizaje», el sábado «hacia las 14H57 [11H57 GMT], la comunicación con Luna-25 se interrumpió», explicó la agencia rusa en un comunicado, donde agregó que «las medidas tomadas el 19 y 20 de agosto para buscar el aparato y entrar en contacto con él no dieron resultado» y que «según los resultados preliminares» de la investigación, el aparato «dejó de existir tras una colisión en la superficie lunar», añadió.
Roscosmos informó que «una comisión interministerial» se encargará de averiguar «las razones» del incidente que causó «la pérdida» de Luna-25.
La agencia rusa no dio más detalles sobre las circunstancias del incidente, aunque insinuó que la sonda, de casi 800 kilos, sufrió un grave accidente.
La misión Luna-25, destinada a darle un nuevo impulso al sector espacial ruso, era considerada «arriesgada», según había admitido previamente el propio jefe de Roscosmos, Yuri Borisov. Y lo dijo en junio pasado frente al propio Vladimir Putin, Presidente de Rusia: «las probabilidades de éxito de estas misiones se estiman en un 70%».
El Mandatario había supervisado personalmente el lanzamiento del Luna-25, interesado en restablecer a su país como una potencia científica líder.
Con todo, la sonda fue puesta en la órbita lunar el miércoles, tras haber despegado en la madrugada del 11 de agosto desde el Extremo Oriente ruso y debía alunizar el lunes en el polo sur del satélite terrestre para así transformarse en la primera nave en el mundo en llegar a esa zona. Su misión duraría un año y se dedicaría a recoger muestras y analizar el suelo para llevar a cabo «investigaciones científicas a largo plazo».
Según el diario español 20 minutos, fuentes rusas ya están culpando a la corrupción endémica dentro de la agencia por el fracaso de la misión.