En la cumbre del Grupo de La Haya, celebrada esta semana en Colombia, la figura que más atención acaparó no fue la de ningún jefe de Estado, sino la de Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados. La abogada italiana, sancionada recientemente por la administración Trump, calificó como “mafiosas” las tácticas de intimidación de Estados Unidos y descartó cualquier posibilidad de renunciar a su cargo. “No voy a ceder. No estoy aquí por beneficios personales, sino por una causa justa”, sentenció en entrevista con El País.
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Las sanciones incluyen el bloqueo de bienes y la prohibición de ingresar a territorio estadounidense. Albanese advierte que estas medidas constituyen un “terrible precedente” que pone en riesgo la independencia de los mecanismos internacionales de derechos humanos. Además, aseguró que ha recibido amenazas de muerte desde la publicación de su informe Anatomía de un genocidio en 2024, y que la presión actual ha escalado. “Esto va más allá de lo personal: es una forma de amedrentar a quien se atreva a denunciar los crímenes del poder”, afirmó.
CRÍTICAS A ESTADOS Y EMPRESAS CÓMPLICES
En su más reciente informe, Albanese identifica a más de 60 empresas globales como colaboradoras del “proyecto colonial israelí”, entre ellas BlackRock, Vanguard, Drummond, Glencore y la española CAF. Para la relatora, la responsabilidad va más allá del ámbito empresarial: los Estados que mantengan relaciones con un país acusado de genocidio también violan el derecho internacional. Por eso propone cortar todos los lazos diplomáticos y comerciales con Israel.
“¿La única forma en que Israel puede existir es a través del apartheid? Eso no puede ser. Tiene que existir como un Estado que respete la ley, no que predique el supremacismo”, dijo, anticipando que el régimen actual “caerá”.
EL SUR GLOBAL SE MUEVE, PERO NO BASTA
Mientras grandes potencias como EE.UU. y la Unión Europea evitan sancionar directamente a Israel, una docena de países del Sur Global —incluidos Colombia, Bolivia, Libia e Indonesia— anunciaron medidas como la suspensión de ventas de armas y la prohibición de atraque para buques vinculados con la industria militar israelí. Albanese aplaudió estos pasos, pero los considera insuficientes: “Es apenas el comienzo. Nunca estaré satisfecha mientras haya tanto por hacer”.
¿ANTISEMITISMO O DENUNCIA LEGÍTIMA?
Desde Washington, la administración de Donald Trump ha acusado a la relatora de “apoyar el terrorismo” y de ejercer un “antisemitismo descarado”, una calificación que ella rechaza de plano. “Quieren silenciarme porque digo la verdad. Pero la verdad no es antisemita: es necesaria”, responde.
Mientras Trump busca posicionarse para el Nobel de la Paz, una campaña global impulsa la candidatura de Albanese para el mismo galardón. Ella lo descarta como prioridad. “No necesito premios. Necesito que termine el genocidio”.
🗣️#NochesDeOpinión🎙️| «Si los colombianos quieren entender por qué EE. UU. me sancionó, deben leer mi último informe: ‘De la economía de la ocupación a la economía del genocidio’… Tengo una base de datos de empresas que han colaborado con Israel en los últimos 20 meses. Conté… pic.twitter.com/04EJPFKZl7
— Señal Colombia (@SenalColombia) July 17, 2025